En España hay una farmacia por cada 2.000 habitantes. Es la red de farmacias comunitarias más extensa de Europa, y confirma al sector como el recurso sanitario más cercano y accesible para los ciudadanos (9 de cada 10 tiene una farmacia a menos de diez minutos de su domicilio). Así que su labor este último año, junto a la del resto del sistema sanitario, ha sido esencial.
Cuando en marzo del año pasado se aprobó el primer estado de alarma, la situación era de auténtica incertidumbre, por lo que las farmacias “nos pusimos a disposición de las administraciones ofreciendo soluciones dirigidas a proteger a ciudadanos y profesionales y asegurar siempre el acceso a los medicamentos”, cuenta Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Se logró que en plena crisis no hubiera desabastecimiento y, afortunadamente, el 99,8% de la red farmacéutica permaneció activa en todo momento. Un año después, la gestión de la pandemia llevada a cabo por el sector ha mejorado su percepción ante los ciudadanos, ya que también ha actuado como punto de información, siendo un lugar de confianza para muchos pacientes.
Durante el primer mes de confinamiento, más de 850.000 pacientes recibieron sus medicamentos a domicilio
Una vocación de servicio público
La protección de la población ha sido el objetivo indiscutible en esta crisis y, en ese sentido, “los pacientes hemos visto que la farmacia comunitaria ha sido una de las estructuras que mejor se ha comportado. Ha habido áreas que se han visto colapsadas, pero la farmacia ha estado desde el primer día abierta y operativa”, explica Andoni Lorenzo, presidente del Foro del Paciente. Con los centros de salud desbordados, “las farmacias han absorbido parte de la presión asistencial del sistema sanitario”, afirma Aguilar.
Nadie debía quedarse atrás, y por eso cabe resaltar el trabajo realizado con los pacientes más vulnerables: los crónicos, dependientes o personas que estuvieran en cuarentena. El Consejo General estableció para ello un protocolo excepcional para que los farmacéuticos pudieran facilitar medicamentos a domicilio. Solo durante el primer mes de confinamiento más de 850.000 pacientes se beneficiaron de este servicio. Aunque más allá de la excepcionalidad de la pandemia, para Aguilar, este es un servicio que se debe regular ya que “existe una necesidad social de miles de pacientes que requieren esta atención, como son los dependientes o los más mayores”.
Esta estrategia se repitió en la dispensación de medicamentos del ámbito hospitalario, facilitando en los primeros meses a 10.000 pacientes de grupos de riesgo que pudieran recoger sus tratamientos en su farmacia más cercana sin tener que acudir al hospital. Esta colaboración en la dispensación de medicamentos
hospitalarios en farmacias comunitarias, ha demostrado en un reciente estudio
llevado a cabo en Cantabria que ahorra costes al sistema sanitario y a los pacientes, al
evitarles desplazamientos. En muchas ocasiones, cuenta Lorenzo, “cuando nos asustaba ir al centro de salud o al hospital, parece que las farmacias transmitían un mensaje más tranquilizador”.
La pandemia ha tenido un alto coste personal en el sector: 24 profesionales de la farmacia fallecidos
Se constituyeron rápidamente como un espacio seguro, donde los ciudadanos acudían a informarse sobre el Covid-19. Esto se explica, según Lorenzo, porque “junto con el médico de cabecera, el farmacéutico es la persona con la que más empatizamos los pacientes. Hay una relación de cercanía, y cuando en tu centro de salud no te cogen el teléfono muchas veces el punto de conexión con la sanidad ha sido el farmacéutico”. Desde el sector, relata Aguilar, “con el fin de responder a todas las dudas que recibíamos sobre el virus, hemos generado multitud de material formativo para los farmacéuticos (cursos, webinars y documentación técnica) e informativo para los ciudadanos”.
La farmacia ha sido el recurso sanitario más accesible a los ciudadanos, y así lo demuestran las cifras: en el primer mes de confinamiento, acudieron a la farmacia más de 30 millones de personas, de los cuales más de 5 millones lo hicieron por motivos relacionados con el Covid-19, según la encuesta El Papel de la Farmacia en la crisis del COVID-19 elaborada por GAD3. La farmacia es un servicio público esencial, cuya importancia radica en que “es un establecimiento sanitario que cuida de toda la comunidad”, añade Aguilar.
Este aspecto tiene especial relevancia en las zonas rurales y despobladas, donde el acceso a un centro de salud es más complicado, pues la distribución geográfica de los centros hospitalarios se concentra sobre todo en las grandes urbes. En España hay 21.102 farmacias, y en el ámbito rural “existen 2000 farmacias en poblaciones de menos de 1000 habitantes”, declara Aguilar, por lo que se evidencia “especialmente esencial en aquellos núcleos en los que las farmacias son los únicos establecimientos sanitarios”. Es un organismo de cohesión, que llega a la mayoría de la población.
De los 75.000 farmacéuticos colegiados en España, más de 53.000 desarrollan su labor en las farmacias comunitarias
Más del 90% de los españoles tiene una buena opinión sobre el sector
A raíz de su actuación durante la pandemia, “el sector ha reforzado todavía más su imagen”, asegura Narciso Michavila, presidente de GAD3. Según la encuesta realizada por la consultora durante el primer mes de confinamiento, el 91,3% de los españoles reconoce como buena o muy buena la labor de las farmacias.
Se ha potenciado la función social de la farmacia con iniciativas como Mascarilla-19, destinada a ayudar a víctimas de violencia de género, implantada en más de 16.000 farmacias
De este informe destaca también la confianza casi unánime de la sociedad hacia los farmacéuticos (un 98%) y la calidad de la atención recibida (un 94% de los encuestados están satisfechos). Según Michavila, la opinión ya favorable hacia las farmacias ha mejorado tras la crisis sanitaria debido a la fortaleza de la red, que ha funcionado sin problemas durante los momentos más duros, con lo que “han llegado medicamentos hasta cualquier rincón de España” y a que los farmacéuticos son un importante actor social, con “acreditado reconocimiento entre la población, especialmente los mayores”.
Las farmacias se suman a las labores de cribado
Ya en septiembre, desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos “nos ofrecimos a colaborar en la realización de pruebas rápidas así como en la estrategia de vacunación”. Hasta la fecha, las farmacias se han sumado a la realización de pruebas rápidas en Madrid, Cataluña y Galicia, “con excelentes resultados”, recalca Aguilar.
El sector mantiene su ofrecimiento para colaborar aún más en las labores de cribado, detección precoz y vacunación en el resto del país, para que a la farmacia “se le dé la posibilidad de colaborar más activamente”, concluye Aguilar. El presidente del Foro del Paciente coincide con la solicitud, ya que “se ha demostrado que la farmacia es un agente más dentro de nuestro sistema de salud y puede tener capacidad para hacer más cosas. Una infraestructura como la de las farmacias en España no debería ser desaprovechada”.