La variante británica del coronavirus, cuyo nombre científico es B.1.1.7, supone ya el 95% de las nuevas infecciones en Reino Unido y se ha extendido a al menos 80 países, según un estudio publicado este miércoles en la revista Science. La investigación, realizada por científicos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, vuelve a alertar sobre la capacidad de contagio de esta cepa, que es entre un 43% y un 90% mayor.
El trabajo científico no solo ahonda en la mayor capacidad de propagación de la variante británica, sino que subraya también que, pese a no provocar una enfermedad más grave, sí podría estar vinculada con un aumento del riesgo de muerte del 58%. "Sin medidas de control estrictas, incluido el cierre limitado de instituciones educativas y una implementación de vacunas muy acelerada, las hospitalizaciones y muertes por COVID-19 en Inglaterra en 2021 superarán a las de 2020", señalan los autores del estudio.
Después de ser detectada en noviembre de 2020, los científicos alertaron de que esta mutación del virus estaba superando rápidamente a las variantes preexistentes en el sureste de Inglaterra ya en diciembre. A 15 de febrero de 2021, comprende aproximadamente el 95% de las nuevas infecciones. Las estimaciones de su tasa de crecimiento, la gravedad y el impacto de la enfermedad son cruciales para informar las respuestas políticas.
Después de analizar 150.000 muestras secuenciadas de SARS-CoV-2 de todo el Reino Unido, Nicholas Davies y sus colegas del Centro para el Modelado Matemático de Enfermedades Infecciosas (CMMID, por sus siglas en inglés) encontraron que la tasa de crecimiento poblacional relativa a esta variante en los primeros 31 días después de su observación inicial fue más alta que la de los otros 307 virus linajes variantes.
Para comprender los posibles mecanismos biológicos para esto, los autores utilizaron un modelo matemático estructurado por edad y regional de la transmisión del SARS-CoV-2 para probar varias suposiciones, incluida la de que la variante tiene una carga viral más alta o un período de eliminación más largo. Con base en su análisis, identifican el aumento de la transmisibilidad como el modelo que mejor explica la rápida propagación de la variante.
Davies y sus colegas utilizaron modelos para analizar más a fondo cómo las intervenciones podrían reducir la carga potencial de esta nueva variante en el Reino Unido. A partir de los escenarios que evaluaron, concluyen que puede ser necesario un aumento sustancial de la implementación de vacunas y el cierre de escuelas para 2021 para evitar que las muertes y hospitalizaciones por COVID-19 en 2021 superen las de 2020.
Los autores señalan limitaciones a su análisis, incluida que solo se consideró un pequeño número de escenarios de intervención y vacunación. Aun así, concluyen, sus proyecciones apuntan a "una necesidad urgente de considerar qué nuevos enfoques pueden ser necesarios para reducir suficientemente la transmisión en curso del SARS-CoV-2".