Desde la actualización del martes 15 de septiembre a la de hoy, Sanidad ha incorporado 401 fallecidos al total acumulado en España desde el inicio de la pandemia. ¿Quiere eso decir que han muerto 401 personas en dos días? Afortunadamente, no. La contabilidad de Sanidad ya la hemos explicado anteriormente y es muy lenta en el aspecto burocrático. Hasta que no está completa la ficha del finado, con su fecha de inicio de síntomas, su fecha de consulta, diagnóstico, hospitalización, etc..., no se sube al total, y eso provoca unos retrasos colosales.
De ahí que las cifras que recoge el ministerio en su PDF haya que cogerlas siempre con pinzas. En la actualidad, por ejemplo, Sanidad hace constar 419 fallecidos en los últimos 7 días y 849 en los últimos 14, con picos de 80-85 muertos diarios. Si esas cifras ya parecen preocupantes, las que dan las comunidades autónomas son aún peores: 599 muertos en la última semana completa (la que acabó el domingo 13) con picos que ya rozan los 100 diarios. Estas cifras tampoco están totalmente actualizadas, así que es de prever que suban según se vayan fechando defunciones.
En resumen, estamos en un escenario que apunta a las 3.000 muertes en el próximo mes cuando no hace ni una semana nos parecía una barbaridad y optábamos por una proyección de 2.000-2.500 fallecidos. La velocidad a la que crece este indicador es muy preocupante, como lo es el inmediatamente anterior, es decir, el de la ocupación hospitalaria. Sin que exista aún colapso de por sí ni haga falta abrir hospitales de campaña a mansalva, lo cierto es que el número de ingresos diarios vuelve a superar los 1.300, cifra altísima y que, desgraciadamente, también irá a más conforme sigan aumentando los casos detectados.
La prevalencia se sitúa por encima de los 10.000 hospitalizados, la cifra más alta de la segunda ola. Por supuesto, si uno quiere vivir instalado en la comparación con marzo, consuela saber que en los peores días de la tercera semana de ese mes se llegaron a los 14.000 ingresados simultáneos solo en Madrid. Estamos lejos de esas cifras, por supuesto, aunque los datos actuales ya hace tiempo que nos remiten a principios de mayo, incluso a mediados de abril.
Un número sostenido de ingresos diarios tan alto obliga a mantener un ritmo igual de sostenido de altas hospitalarias y eso no es fácil. Hasta ahora, habíamos conseguido ingresar a unas 1.000 personas al día y que el 90% saliera del hospital a los dos-tres días dejando su cama libre. Está por ver si ahora que nos acercamos a 1.500, podemos conseguir un número similar de altas. De no conseguirlo, el 8,6% de camas ocupadas que refleja ahora mismo el informe del ministerio, se puede disparar de un momento a otro. Aquí no vamos a tener dos meses de margen para ver venir la ola.
Y es que lo desesperante de todo esto es ver cómo siguen subiendo los contagios ante la total inacción de casi todas las administraciones. La apuesta por una “nueva normalidad” consistente en “convivir con el virus” era tan arriesgada como apostar por convivir con un tigre o con una pantera. Lo normal es que, por muy educado que seas, te acabe comiendo. Así, el virus parece estar engullendo a todo el país, aunque en lo que llevamos de mes parece que se va apreciando una tendencia a partir la situación de gravedad en dos: hay comunidades que crecen a toda velocidad… y otras que han conseguido parar el ascenso, aunque aún está por ver que puedan bajar.
Entre las primeras, encontramos a las sospechosas habituales: Madrid, con una incidencia acumulada en 14 días de 659 casos por 100.000 habitantes (para ser más claros, uno de cada 152 madrileños ha dado positivo en un test PCR solo en estas dos semanas); Navarra, de la que apenas se habla, pero que está en números muy similares y con una mayor incidencia a siete días; Castilla-La Mancha, Castilla y León y Aragón. Podríamos meter a Murcia aquí pero sorprendentemente hace dos días que no actualizan sus datos. O Sanidad no los valida, ni idea.
Preocupa especialmente lo de Aragón porque después de un horrible mes de julio, había conseguido contener en meseta la incidencia en agosto a costa de cientos de muertos… todo para volver a subir lentamente en septiembre. Habrá que ver qué ha fallado. De entrada, posiblemente, el incomprensible relajo a la hora de hacer tests PCR. Cuando la cosa pintaba mal se hacían muchísimos y en cuanto empezó a mejorar, se hicieron cada vez menos. No es el camino.
En la parte positiva, hoy tenemos cinco comunidades/ciudades autónomas que bajan su incidencia quincenal, aunque sea muy ligeramente: Ceuta, Melilla, Comunidad Valenciana, Canarias y Galicia. Pese a sus subidas recientes, Asturias sigue siendo la única en mantenerse por debajo del nivel de alarma de 100 casos por 100.000 habitantes cada dos semanas, que ya indica transmisión comunitaria descontrolada. Para hacerse una idea de la gravedad, la media del país se ha colocado hoy en 259,76.