Papel higiénico, levadura, chocolate, cerveza… Y la cuarentena también ha disparado la compra de material deportivo para hacer ejercicio físico en casa. Dos de esos productos más demandados: las bicicletas estáticas y las bicicletas elípticas. Y es que moverse y estar activo -sea de la forma que sea- es más importante que nunca en este tiempo de confinamiento.
Si ahora mismo echamos un vistazo por las webs de las tiendas online más conocidas, donde podemos encontrar este tipo de bicicletas, veremos que las de precios baratos y asequibles están totalmente agotadas. Y es que según datos de Idealo, publicados el mes pasado, señalaban que la bicicleta estática aumentó su demanda en un 453%, tan sólo en los tres primeros días del confinamiento, entre el 15 y el 18 de marzo, y un 218% la demanda de elípticas.
No hay que perder nuestras rutinas saludables. Por ejemplo, la Sociedad Española de Obesidad señalaba la necesidad de hacer ejercicios durante la cuarentena: "Se puede contemplar la opción de gimnasia para la familia poniendo vídeos; hacer ejercicios de fuerza con pesas o utilizando el propio peso corporal, bailar, o, si se dispone de ello, utilizar la bicicleta estática, la cinta de correr..., pero siempre aplicando cada rutina de manera estructurada y, en la medida de lo posible, en el mismo horario todos los días".
Ejercicio cardio-respiratorio
"El trabajo que hacemos en bicicleta estática y elípitica es principalmente cardio-respiratorio. En casa, es difícil hacer este tipo de ejercicio ya que no podemos correr. De ahí que, en un espacio reducido, estas bicicletas sean lo más cómodo que podemos encontrar", afirma a EL ESPAÑOL Carlos Barbado, doctor en Ciencias de la Actividad física y del Deporte y profesor en la Universidad Europea.
A nivel muscular, explica el experto, en una bicicleta estática, los músculos que más se trabajan son los de los miembros inferiores, sobre todo glúteos, cuádriceps y gemelos. Mientras que cuando hacemos ejercicio en una bicicleta elíptica aparte de trabajar esos músculos también hay cierta intervención de la musculatura de los miembros superiores. Pero en general, el trabajo es bastante parecido. Lo más importante es estar activos. "Todo el mundo debe moverse, de lo contrario nuestra salud se podrá ver afectada", añade el experto, también director de la empresa deportiva Barbado Cycling (a través de las redes sociales ofrece clases gratuitas durante la cuarentena).
Aumentar el ritmo poco a poco
Para hacer el ejercicio de bicicleta en casa seguro y sin riesgo, es importante tener en cuenta al menos, tres cosas. En primer lugar hay que colocar bien la bicicleta: "siempre colocarla en base a las medidas antropométricas de la persona, ni demasiado alta ni demasiado baja. Si la bicicleta no se coloca bien, a la larga, podría ser lesivo", afirma Barbado.
En segundo lugar, hidratarnos bien. En un ejercicio cardio-respiratorio donde se suele sudar bastante, es importante beber antes, durante y después del ejercicio. "Es clave iniciar el ejercicio en unas condiciones óptimas de hidratación, habiendo bebido en las dos-tres horas previas, y después durante el ejercicio alrededor de medio litro de líquido", aconseja el experto.
En tercer lugar, y relacionado con lo anterior, es importante que la habitación esté bien acondicionada. Si se puede hacer el ejercicio en la terraza o delante de una ventana, mejor. Y si no, es preferible poner un ventilador para no deshidratarnos. "Es importante que haya una corriente de aire durante el ejercicio".
En cuanto a la duración del ejercicio, "éste no debe durar más de una hora, en aquellas personas que estén acostumbradas a entrenar", aconseja Barbado. Por otra parte, para las personas que se inician en este ejercicio de bicicleta o que no estén acostumbradas a hacer deporte en general, es fundamental que se empiece por periodos cortos, de unos 15 minutos. "Antes de empezar a hacer sesiones más largas, es mejor repetir sesiones de 15 minutos a lo largo del día. Por ejemplo, 15 por la mañana y otros 15 por la tarde".
Y por último, hay que adaptar siempre la intensidad en función de las condiciones físicas de cada persona. Esto es clave. "En personas menos entrenadas y menos acostumbrados al deporte, una forma sencilla para regular la intensidad es buscar un ritmo que les permita mantener una conversación con otra persona. Esto más o menos, se corresponde con un trabajo al 70% de la frecuencia cardiaca de la persona. Es una intensidad moderada".
Así, según explica Barbado, podríamos distinguir entre tres intensidades: la que nos permite mantener una conversación fluida; la que nos permite mantener una conversación, pero no fluida porque el jadeo hace difícil que podamos realizar por ejemplo, frases largas; y la intensidad a la que ya nos es imposible hablar. "Para las personas poco entrenadas, el ritmo óptimo sería la primera opción: aquél que les permite mantener un conversación fluida", concluye.