Aunque la varicela lleva años reduciéndose en España -y lo hará más desde la introducción de la vacuna en el calendario vacunal común, algo que ocurrió en 2016- todavía es una enfermedad relativamente común en los niños.
Da a estos un aspecto muy reconocible, un exantema pruriginoso causado por el virus de la Varicela-Zóster. En otras palabras, una serie de ronchas de mayor o menor intensidad.
Uno de los rasgos más característicos de la varicela es que, en general, no requiere de tratamiento. Por eso se habla de "pasar" la enfermedad. En pequeños con grave riesgo de complicaciones sí se aplica el antiviral aciclovir o una inmunoglobulina intravenosa, pero es lo menos habitual.
Pero, logicamente, los niños afectados no se encuentran bien y lo que sí se hace es tratar sus síntomas. Y es ahí donde viene la advertencia que no es nueva para los médicos, pero sí puede serlo para muchos padres o cuidadores.
Así, ante la presencia de fiebre leve y/o dolor es fácil recurrir al botiquín y darle al niño lo que se le da siempre: Dalsy o ibuprofeno infantil. La primera es la marca más vendida de este compuesto activo, pero también se vende bajo otros nombres, como Nurofén pediátrico y versiones genéricas.
Sin embargo, dar ibuprofeno a un niño con varicela no es nada recomendable. Así lo ha recordado un post de la página de Facebook de una empresa de cuidadores británica con más de un millón de seguidores, Care Champion.
"Se están viendo casos de varicela otra vez. Por favor, recuerde no dar a su hijo ibuprofeno si cree que la tiene. Este tipo de fármaco es un antiinflamatorio. Reacciona con la varicela haciéndola causar lesiones más profundas en el tejido de la piel, lo que aumentaría las posibilidades de causar una infección secundaria más grave", reza el comunicado.
De hecho, la asociación recomienda usar el paracetamol en el caso de que el niño tenga fiebre -sí, el Apiretal-, alguna loción para el picor y mantener al paciente lo suficientemente hidratado.
En la misma línea, la Clínica Mayo de EEUU recomienda algo parecido para aliviar la picazón y los demás síntomas. La erupción por la varicela puede causar mucha picazón y a veces las ampollas que se rompen producen ardor. Estas molestias, junto con la fiebre, el dolor de cabeza, y la fatiga, pueden hacer que cualquiera se sienta muy mal.
Para aliviar al niño, se recomienda un baño frío con bicarbonato de sodio, acetato de aluminio (Domeboro, entre otros), avena sin cocinar o coloidal (una avena finamente molida que se utiliza para remojar).
También se puede aplicar loción de calamina en las ronchas y es recomendable seguir una dieta liviana y blanda si se presentan ampollas de la varicela en la boca. Por último, antihistamínicos, como difenhidramina pueden ser útiles para la picazón. Eso sí, siempre hay que consultar al médico para asegurarse de que el niño pueda tomar antihistamínicos sin problemas.
Alguien puede preguntarse cómo saber con exactitud si el niño padece varicela, algo que actualmente sería más lógico que pasara antes de los 15 meses -edad en la que se administra la primera dosis- o en niños más mayores que no se hubieran vacunado cuando esta era una vacuna opcional.
Así, antes de acudir al médico hay algunos signos que deben hacer sospechar de la presencia del virus. La enfermedad empieza con manchitas rojas que aparecen en cualquier parte del cuerpo.
Al poco tiempo, éstas se llenan de un fluido líquido y se convierten en ampollas. Las ampollas pueden escocer y tienen dos posibles comportamientos: esparcirse por el cuerpo o mantenerse en un área pequeña.
Además, al mismo tiempo se puede producir fiebre por encima de los 38ºC, dolor y malestar, además de pérdida de apetito.