Más de 15 millones de personas tienen hipertensión en España, una cifra no precisamente baja. La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo cardiovasculares. O lo que es lo mismo, uno de los principales factores de riesgo de padecer una enfermedad cardíaca, a día de hoy la primera causa de muerte en España. Por ello, es importante controlarla y prevenirla con hábitos saludables, como llevar una alimentación sana, equilibrada y baja en sal, hacer ejercicio físico moderado y, si se es fumador, abandonar el tabaco.
Según datos de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), en España, hay 15 millones de personas con hipertensión. De ellos, 10 millones no están controlados y 4,5 millones están sin diagnosticar. Uno de los motivos de que haya tantas personas sin diagnosticar es que la hipertensión no suele dar síntomas.
"La hipertensión es una enfermedad que no da síntomas. Es una enfermedad silenciosa. Sin embargo, todavía existe el falso mito de que si se tiene la tensión alta, se nota. Y no suele ser así. La única forma de saber si se tiene o no tensión alta es midiéndola", explica a EL ESPAÑOL la cardióloga Petra Sanz, miembro del Consejo de Expertos de la Fundación Española del Corazón (FEC). Por ello, aconseja hacerse controles periódicos para revisar si nuestra tensión está bien o no.
Recientemente, con motivo de la celebración del día mundial de la hipertensión arterial, celebrado el pasado 17 de mayo, especialistas del Centro Integral de Enfermedades Cardiovasculares HM CIEC alertaron de "la incidencia de la hipertensión en pacientes jóvenes, especialmente varones, que llega a afectar al 15% en los menores de 30 años y supera el 25% entre los de 30 a 45 años". Por ello recomendaron hacerse controles periódicos y medirse la tensión "al menos una vez en la adolescencia y con mayor frecuencia a partir de los 18 o 20 años, cuando aparecen factores de riesgo como el estrés o el sedentarismo".
Según explica la FEC, la presión arterial se puede elevar sin una causa previa conocida, por algunas enfermedades o por el consumo de algunos fármacos. "Otras causas son el abuso de tabaco, el abuso de alcohol, el estrés, el sobrepeso, la falta de ejercicio y por seguir una dieta con exceso de sal".
No más de 5 o 6 gramos de sal al día
Si ya eres una persona hipertensa lo primero que debes hacer es reducir la sal de la dieta. Lo ideal, asegura la doctora Sanz a este periódico, es que no se añadiera nada de sal a las comidas, así como intentar evitar los alimentos precocinados y procesados que suelen llevar más cantidad de sal.
También es aconsejable evitar comer fuera de casa a menudo, porque normalmente en los restaurantes se tomará más sal de la que nosotros podamos echar o tomar en casa. Es importante que la cantidad de sal en las personas hipertensas no supere los 5 gramos de sal al día. "Es una cantidad muy baja", apunta la doctora, pero esas son las recomendaciones. Así, y según explica la FEC en su página, la sal es necesaria en el organismo pero en pequeñas dosis, ya que si sobrepasamos la cantidad recomendada se puede producir retención de líquidos y aumento de la presión arterial. "Necesitamos 1,25 g de sal al día y tenemos que tratar de mantener su ingesta por debajo de los 6 g al día (1 cucharilla de café): 6 g de sal = 2,5 g de sodio = 2.500 mg de sodio", expone la FEC.
Del mismo modo, para suplir la sal de las comidas y que no tengas que privarte de sabor, se puede sustituir la sal por especias de todo tipo de especias incluso también por vinagre o limón. "Lo importante es no sustituir la sal por otro tipo de sales. Es el sodio lo que provoca que la tensión suba", explica Sanz.
Por otro parte, y para prevenir la tensión en personas que no son hipertensas, se recomienda que las comidas no sean muy saladas: "Una dieta baja en sal previene la hipertensión", apunta la doctora. Cuanta menos sal tomemos en nuestra dieta, mejor. Se trata, simplemente, de controlar las cantidades. Igualmente, es importante no llevar una alimentación demasiado calórica, porque se ha visto que "el sobrepeso y la obesidad están muy asociados a la hipertensión", añade.
Practicar ejercicio físico a diario y dejar el tabaco
La alimentación es un factor clave a la hora de controlar, prevenir y disminuir nuestra tensión pero también lo es el ejercicio físico. Es importante que los pacientes hipertensos practiquen ejercicio moderado todos los días, o al menos, cinco días a la semana. No se trata de hacer un ejercicio intenso sino moderado, aconseja la experta. Por ejemplo, andar a paso ligero desde 45 minutos a una hora, o si te gusta hacer deporte hacerlo. Esto es: actividad física acorde a las capacidades y a la edad de cada paciente. La clave es moverse y, sobre todo, evitar el sedentarismo.
"La primera medida que ponemos a los pacientes con hipertensión es una dieta pobre en sal y ejercicio físico regular. Con eso se controla la tensión sin necesidad de pastillas", afirma Sanz. Por ello, es muy importante cumplir estos hábitos.
El tabaco es una de las drogas legales en nuestro país que más afecta a la salud. Incluida la hipertensión. El tabaco favorece la hipertensión y a los pacientes hipertensos que son fumadores es más difícil controlarles la tensión. Por ello, otra de las medidas necesarias para disminuirla es abandonar el consumo de tabaco.
Otro de los aspectos fundamentales que tiene que ver con la hipertensión es el exceso de alcohol. Según explica la doctora, un exceso de alcohol se ha asociado con una mayor probabilidad de hipertensión. Por ello, se recomienda un consumo moderado que equivale a 2 vasos pequeños de vino o dos vasitos dos cervezas en los hombres y a un vasito de vino o uno de cerveza en las mujeres. Por supuesto, nada de bebidas destiladas. Es importante además desmentir otro mito: "Es falso eso de que el alcohol baje la tensión", concluye Sanz.
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