Con el éxito de audiencias de la última edición del concurso de Telecinco Supervivientes, se aviva el tema de los graves problemas de salud que provoca el reality a concursantes y presentadores. El arriesgado formato pone a prueba la resistencia de los concursantes a la escasez de comida, y a su destreza y velocidad mediante pruebas físicas en las que más de uno ha sufrido algún percance.
Aunque el cambio físico extremo tras el paso del concurso es lo más evidente, sobre todo para aquellos que aguantan los tres meses de concurso, también se enfrentan a desajustes físicos y mentales -durante y después del concurso-. Muchos de ellos experimentan el síndrome de lucha o huida que es una reacción fisiológica que se produce en presencia de algo que resulta “amenazante”.
A continuación un repaso con los robinsones que han sufrido la isla.