Es una frase utilizada a menudo por médicos y pacientes de algunos tipos de cáncer: "Si tuviera que sufrir esta enfermedad, esta variedad sería la que escogería". Es algo que se escucha al evaluar algunos tipos de cáncer de próstata, mama y, en general, tumores malignos de muy buen pronóstico, pero si hay algún tipo de cáncer que la merece es el que le han extirpado -según ha desvelado la periodista Pilar Eyre en la revista Lecturas- al rey emérito Juan Carlos I.
Se trata de un tipo de cáncer de piel, el carcinoma basocelular, que es el tumor cutáneo más frecuente y que se produce con el crecimiento descontrolado de las células basales, que se encuentran en la parte más profunda de la epidermis, la capa externa de la piel, según se puede leer en el Manual MSD.
En España se diagnostican cada año más de 100.000 tumores como el del rey Juan Carlos I y la gran mayoría de ellos se resuelven sólo con cirugía, como parece haber sido el caso de nuestro monarca al que, según la periodista que ha desvelado la operación, habría operado "su cirujano habitual" -que no se ha hecho público.
Habitualmente, este tipo de cáncer se detecta porque aparece en la piel una protuberancia pequeña y brillante que se va haciendo lentamente más grande. En ocasiones, ésta puede abrirse y formar una costra -a veces con sangrado- pero también puede aplanarse y que parezca que el paciente tenga más una cicatriz que una lesión incipiente.
En cualquier caso, se trata de un viejo conocido casi para cualquier médico, que en la mayoría de los casos lo diagnosticaría con un simple examen visual, aunque se suele practicar una biopsia para confirmar la existencia de la lesión.
El tratamiento habitual es la extirpación, aunque existe un porcentaje pequeño de los casos -que se cifra en torno a un 1%- en los que la enfermedad avanza, lo que dificulta o imposibilita su extirpación, existiendo la posibilidad de que el paciente se vea desfigurado o incluso de que el cáncer se disemine formando metástasis. En este caso hablamos de un cáncer avanzado que ya requeriría un tratamiento específico. En España se aprobó recientemente el vismodegib, primera terapia de este tipo.
Pero incluso los casos de mejor pronóstico, que se resuelven con una simple intervención, requieren de vigilancia posterior. Casi el 25% de las personas con antecedentes de carcinoma basocelular desarrolla un nuevo cáncer basocelular dentro de los 5 años siguientes al primer diagnóstico, por lo que el examen dermatológico anual es casi una obligación para estos pacientes y lo será también para Juan Carlos I.
La exposición al sol sin protección y la edad avanzada serían dos de los principales factores de riesgo asociados a este tumor y ambos coinciden con lo que conocemos del monarca emérito, que deberá a partir de ahora no separarse de la crema solar de máxima protección al practicar muchas de sus aficiones conocidas.