El futuro de la medicina pasa, inevitablemente, por redefinir el concepto de la relación entre médico y paciente, así como de la integración de las nuevas posibilidades tecnológicas que surgen cada día. Esto se da en un contexto en el que el paciente digital exige un mayor contacto con el médico, el cual también tiene que adaptarse a las necesidades de este.
Porque, si podemos gestionar nuestras cuentas bancarias, hacer compras o reservar billetes de avión mediante un teléfono móvil, ¿por qué no 'ir' al médico a través de una app? La medicina disruptiva ofrece soluciones digitales adaptadas a los pacientes y, gracias a ella, ya es posible encontrar un médico mediante geolocalización, acceder al historial clínico o usar las videoconferencias como alternativa a las visitas tradicionales. Sanitas es pionera en la introducción de la medicina disruptiva y más del 70% de los médicos de la compañía ya pueden pasar consulta digital a sus clientes gracias al servicio de videoconsulta, de la que se benefician más de 300.000 pacientes.
La disrupción es el presente en la medicina. Y la digitalización es el eje de esta disrupción y, se puede decir más que nunca, que los tratamientos se personalizan para garantizar un proceso terapéutico más adaptado a las necesidades de cada paciente.
El proceso de digitalización que vivimos ha permitido avances como la impresión de tejidos y órganos en 3D para tratar a pacientes con quemaduras de gran superficie. Otro de los usos de estas técnicas es en el tratamiento de tumores de garganta y boca, como explicó José Luis Jorcano, profesor del Departamento de Bioingeniería e Ingeniería Aeroespacial de la UC3M y director de la Unidad Mixta CIEMAT-UC3M durante el Foro Sanitas 2018, celebrado el pasado octubre. Estos avances nos acercan a operaciones menos invasivas y más precisas en las que prima la comodidad y el biestar del paciente. Mediante estos procedimientos se reduce el tiempo de recuperación y, en muchos casos, los efectos secundarios de ciertas intervenciones.
Big data y blockchain para mejorar la gestión de la salud
Pero estas nuevas tecnologías no solo cambian el tratamiento de la salud, sino también su gestión. Y es aquí donde herramientas como el ‘big data’, que permite almacenar, analizar y estructurar grandes volúmenes de información en salud; o el ‘blockchain’, tecnología que garantiza la seguridad de los datos clínicos ofrecen a los pacientes las herramientas para que puedan gestionar su salud en cualquier momento y lugar a través del móvil.
De esta forma, se están perfilando nuevos modelos sanitarios que ofrecen unos diagnósticos más precisos, una mejor gestión de la cadena de suministro, de los pagos o, incluso, de la monitorización en tiempo real del estado del paciente.
Gracias a la tecnología, la medicina puede ir un paso más allá. Ya es posible administrar cuidados fuera de las infraestructuras hospitalarias, gracias al uso de wearables conectados a la historia clínica del paciente, y cada vez están más cerca las estructuras flexibles de atención sanitaria.
Estos son solo algunos ejemplos, pero las posibilidades son infinitas y aún están por explorar en muchos casos. La digitalización está creando un nuevo paradigma de la medicina que, aunque ahora resulte rompedor, será lo habitual en un futuro no muy lejano. De ahí que sea muy importante estar atento a las iniciativas que surgen desde distintos frentes para implementar nuevas maneras de entender los tratamientos. O dicho de otro modo, y como explica el consejero delegado de Sanitas, Iñaki Ereño, atender "a un sector en constante evolución y que se mueve con las necesidades del cliente".