En marzo de 2018, una organización sin ánimo de lucro demandó a 90 empresas de café en el estado de California, entre las cuales se incluía la conocida Starbucks. La demanda pretendía obligar a dichas empresas a advertir que sus productos contienen sustancias químicas que "pueden producir cáncer". Concretamente, el producto es la acrilamida, una sustancia que surge tras el procesado del café tostado y que puede encontrarse en elevados niveles en la bebida.
Elihu Berle, juez de la Corte Superior de Los Ángeles, aceptó la demanda y obligó a estas empresas a advertir sobre este riesgo en sus productos. Sin embargo, ningún estudio ha demostrado que los niveles de acrilamida de un café puedan aumentar el riesgo de cáncer. El problema según el juez es justo el contrario: las compañías tampoco han podido demostrar que no existe riesgo alguno; sería algo similar al famoso dicho "mejor prevenir que curar". O, en este caso, "mejor advertir que arriesgarse".
Ahora, la Foods & Drugs Administration de los Estados Unidos (FDA), ha lanzado un comunicado afirmando que esta advertencia sobre el café y el cáncer podría ser "engañosa para los consumidores" más que "informativa".
Según Scott Gottlieb, de la FDA, la advertencia sobre la acrilamida induciría a los consumidores a pensar que el café es peligroso, cuando son múltiples los estudios que han demostrado que esta bebida es beneficiosa para la salud. Los estudios actuales sobre la acrilamida solo han demostrado este riesgo en estudios con animales. Se desconoce si sus niveles serían suficientemente altos en el café como para poner en duda la seguridad de su consumo en humanos.
Según la FDA, la investigación actual no sugiere vínculo alguno entre el café y el riesgo de cáncer, e incluso algunos trabajos habrían relacionado la toma de café con una disminución de riesgo de determinados tipos de cáncer, como el cáncer de colon, cáncer de piel tipo melanoma o el cáncer de útero.
Posteriormente a la demanda estadounidense, Europa también declaro la "guerra" a la acrilamida el pasado mes de julio. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud volvió a reafirmarse en la nula relación entre café y cáncer.
De momento, por lo que atañe al estado de California, la Oficina de Evaluación de Peligros para la Salud Ambiental (OEHHA) ha propuesto retirar la advertencia sobre el café y su supuesta relación con el cáncer, una propuesta apoyada por la FDA. En dicha propuesta se recuerda que la comunidad científica ha realizado un elevado número de estudios sobre la relación entre el café y el cáncer y no existe ninguna evidencia sobre el supuesto riesgo.
Gottlieb señala que la acrilamida se encontraría en otros alimentos, pero que eliminarlos de la dieta no tendría efecto alguno sobre la exposición general a esta sustancia. Por ello, señala, lo más adecuado no sería retirar el café en especial de la dieta del día a día, sino más bien mejorar la dieta en general, aumentando el consumo de verduras, frutas, hortalizas, cereales integrales, lácteos, carnes magras, pescados, huevos y frutos secos; sin olvidar los aceites saludables y limitar o evitar el consumo de azúcares libres y grasas trans o procesadas.