No las llamen leche, llámenlas bebidas vegetales. Pese a que los preparados de frutos secos, legumbres y granos se llevan equiparando a los lácteos de origen animal desde siempre -pensemos en la leche de coco o la leche de almendras-, la Justicia europea fallaba a favor de los productores ganaderos y dictaminaba que no puede venderse como leche, yogur, nata o mantequilla cualquier alimento que, por parafrasear a sus pares del sector en EEUU, "no haya salido de una ubre".
Las bebidas vegetales, con todo, han ganando terreno en los hogares de Occidente. También en España en donde, según el informe de referencia La leche como vehículo de salud publicado por la Fundación Española de la Nutrición (FEN), habrían propiciado un retroceso del consumo de leche tradicional de un 2,8% en 2014. La empresa demográfica Kantar había determinado en ese estudio que la salud era la primera preocupación de quienes buscaban una alternativa, a menudo en base a falsos mitos sobre la leche de vaca.
Para determinar la idoneidad de las bebidas vegetales como alternativas saludables, dos investigadores del Departamento de Ingeniería de Recursos Biológicos de la Universidad McGill han publicado un análisis comparando las virtudes de los principales preparados. Y es que la variedad puede resultar abrumadora: se pueden encontrar leches de arroz, garbanzos, avena, centeno o lentejas, por enumerar unos cuantos preparados. Y hay productos de toda la vida, como la horchata, que también entran en esta clasificación.
Los autores Sai Kranthi Vanga y Vijaya Raghavan son de origen indio, una sociedad en el que el consumo de leches vegetales han irrumpido con fuerza por motivos religiosos, dado el carácter sacro de la vaca en el hinduismo. En occidente, el veganismo es el principal impulsor ideológico, ya que no solo renuncia a los alimentos de origen animal sino que se opone a su cadena de producción. También forman parte de la preocupación ecologista por el crecimiento insostenible de la industria ganadera, y un polo de desarrollo e investigación para startups.
'Leche' de soja, la mejor alternativa
Es la bebida vegetal más extendida, y con motivo: lleva más de cuatro décadas sirviendo de sustitutivo a los lácteos como recomendación para individuos que por cualquier motivo no los toleran. Es rica en isoflavonoides, un fitonutriente que ha demostrado benéficas propiedades cardioprotectoras.
Tiene sus peros: como ha comprobado cualquier consumidor, tiene un sabor que denota su origen vegetal y al que hay que acostumbrarse, indican los autores del estudio. También puede resultar contraproducente al contener antinutrientes, sustancias que reducen el aporte de nutrientes (proteínas, minerales y vitaminas) durante la ingestión y dificultan su procesamiento durante la digestión.
'Leche' de arroz, dulce pero poco nutritiva
Este preparado está libre de lactosa, por lo que puede convertirse en la solución para las personas con intolerancia que además sufran alergia a las judías de soja y a los frutos secos. El sabor, además, es agradable, por lo que se puede convertir en un hábito incluso desde la infancia.
El problema, precisamente en esa franja de edad, es que carece del calcio y la vitamina D que aporta naturalmente la leche de vaca. Una carencia de estos nutrientes se relaciona con desnutrición, problemas de desarrollo y de salud a largo plazo. Además es rica en carbohidratos, por lo que debe ser administrada con precaución para formar parte de una dieta saludable.
'Leche' de coco, mejor si es fresca
Este producto lleva generaciones formando parte de la base de la alimentación de millones de personas en todo el mundo, especialmente en Asía y Latinoamérica. Las escasas calorías que aporta son de carácter oleico - el famoso aceite de coco - y tienen efectos cardioprotectores, ya que ayudan a reducir el colesterol malo, las lipoproteínas dañinas de baja densidad.
Por otra parte, carece de proteínas, indispensables en la nutrición, por lo que su carácter es únicamente complementario. Además, es preferible consumirla fresca: al contrario que con la leche pasteurizada o el resto de preparados, sus valores nutricionales decaen con el envasado y el almacenamiento.
'Leche' de almendras, solo para dieta
Es un producto agradable al paladar que forma parte del recetario tanto clásico como contemporáneo. Tienen un alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados (MUFA) que contribuyen a la pérdida y el control del peso, y permiten reducir el colesterol malo de forma similar a la de la bebida de coco.
La pega es que este producto es pobre en los nutrientes esenciales, particularmente en proteínas y carbohidratos. Si la consumimos para adelgazar pero no la complementamos con una dieta diseñada para suplir estas carencias, estaremos poniendo en peligro nuestra salud.
La leche de vaca, con todo, es la más completa
Los investigadores dedican la parte final del estudio a abogar por mantener el consumo de leche de vaca como solución nutricional más completa. Aporta las grasas, carbohidratos y proteínas necesarias como para ser considerada un alimento completo. Es indispensable en la infancia para fortalecer el sistema inmune así como para favorecer el crecimiento.
Las bebidas vegetales carecen del aporte de calcio y vitamina D indispensable, concluye en el estudio en consonancia con el informe de la FEN. Tampoco aportan yodo, según reveló un estudio británico, importante para el desarrollo del cerebro. La leche de vaca, concluían los expertos, tiene un gran potencial de especialización, introduciendo grasas diferentes o nutrientes como el omega-3. Y no contiene tantos azúcares añadidos como muchas de las bebidas vegetales comercializadas.