Actualmente, según la Sociedad Española de Neurología, hasta cinco millones de españoles sufren dolor de cabeza tipo migraña -casi un 40% de ellos sin diagnosticar-, y hasta 1,5 millones de españoles sufre la dolencia de forma crónica. De hecho, cada año, el número de individuos que sufre esta dolencia aumenta un 3% debido al exceso de automedicación con analgésicos y antiinflamatorios.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud considera la migraña como una de las diez enfermedades que más discapacidad producen; en España el 70% de los individuos con migraña sufren una discapacidad grave por culpa de la misma, y el 14% una discapacidad moderada.
Aunque actualmente hay diversas hipótesis sobre la causa real de la migraña, los tratamientos son poco o nada efectivos en algunos casos.
Por ello, un reciente estudio publicado en el New England Journal of Medicine ofrece nuevas esperanzas a los pacientes que sufren migraña, gracias al descubrimiento de un fármaco de diseño que es capaz de reducir las crisis de migraña a la mitad mediante una inyección única mensual.
El nuevo fármaco, cupo principio activo es erenumab y que se comercializará con el nombre de Aimovig, ha demostrado su eficacia en varios ensayos fase III, la última de la investigación clínica. Pero el último, dirigido por Peter Goadsby, profesor de Neurología del Kings College de Londres, se ha publicado esta misma semana en la que es una de las biblias de la medicina. El pasado verano, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) aceptó la solicitud de autorización de comercialización por parte del laboratorio detrás del fármaco, Novartis, pero aún falta tiempo para que esté a disposición de los pacientes y se conozca su precio.
Según Goadsby, este nuevo medicamento representaría el primer cambio real en la prevención de la migraña de los últimos 20 años, ya que se trataría de una terapia específicamente diseñada contra las crisis de migraña.
Normalmente, una crisis de migraña implica un severo dolor de cabeza, que suele producirse en una mitad de la cabeza, acompañandose de náuseas, vómitos y una elevada sensibilidad a la luz, el sonido e incluso los olores. Afecta a una de cada cinco mujeres y alrededor de uno de cada quince hombres. El 50% de los pacientes que sufren esta dolencia tienen algún familiar que también padece de migraña, lo que sugiere que pueda haber algún vínculo genético en la enfermedad.
Actualmente existen pocos tratamientos efectivos, aunque se suele recomendar el reposo en oscuridad y silencio, junto al uso de fármacos analgésicos, o fármacos más específicos -como los triptanos- contra la dolencia, recetados por un especialista en neurología. Se aconseja consultar al médico antes de empezar la toma a largo plazo de medicación.
Una inyección mensual contra la migraña
Sin embargo, hoy en día no existen fármacos específicos capaces de prevenir la migraña con un éxito significativo. Por ello, se ha diseñado un anticuerpo específico que bloquea una el receptor de una vía neurológica relacionada con el gen de la calcitonina en el cerebro -CGRP-, la cual ha demostrado tener un papel clave en el desarrollo de las crisis de migraña.
El CGRP es un neurotransmisor o mensajero químico cerebral, el cual indica al cerebro que active los nervios sensoriales de la cabeza y el cuello. En anteriores investigaciones esta sustancia se encontró en niveles significativamente elevados durante los ataques de migraña, por lo que se sospechó que dicho aumento podría ser la causa de las crisis migrañosas.
Durante en el ensayo clínico, se realizó un tratamiento con una inyección mensual de erenumab contra placebo en 955 pacientes durante 24 semanas. De media, los pacientes que recibieron este nuevo fármaco experimentaron hasta tres días menos de migraña al mes en comparación con los que recibieron un placebo, que sufrían alrededor de ocho días de crisis migrañosas mensuales. El 50% de los pacientes redujo su número de crisis a la mitad.
Asimismo, los pacientes tratados con el anticuerpo también informaron de mejoras en la salud física y la capacidad para participar en las actividades de la vida diaria durante el periodo de prueba de seis meses.
Por el momento, la empresa farmacéutica responsable del medicamento espera la aprobación por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), la cual se producirá durante el próximo año.