La Comisión Europea ha detectado un fraude alimentario que se está llevando a cabo en España y que, según el diario El País, ha llegado a varios países más del viejo continente.
Según ha explicado a EL ESPAÑOL la portavoz de Salud Pública y Seguridad Alimentaria, Anca Padurau, el pescado estaba destinado originalmente para venderse en latas, pero se ha descongelado y se ha tratado de una forma "que modifica su color y sugiere que es fresco". De esta forma, el producto se puede vender más caro.
El papel de la Comisión no se ha limitado sólo a detectar el fraude; el asunto ha enfadado a las autoridades europeas, que han requerido a sus homólogas españolas que "clarifiquen urgentemente" las medidas que han tomado "a nivel nacional" para parar esta práctica.
De hecho, el organismo ha informado a España de que en octubre llevarán a cabo una auditoría para asegurarse de la eficacia de los controles que se hayan puesto en marcha para evitar el fraude, así como de las medidas para reforzar la ley que se hayan desarrollado.
"Es una práctica fraudulenta. Confunde al consumidor y puede llevar a una intoxicación alimentaria grave", ha concluido Padurau.
Según El País, el engaño detectado afectaría a unas 25.000 toneladas de atún cada año y supondría unas ganancias de 200 millones de euros, según calcula la Comisión Europea en documentos y cartas a las autoridades españolas a los que ha tenido acceso dicho periódico.