Este lunes por la mañana se hacía pública la noticia de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, retrasaba su audiencia con Felipe VI prevista para las 12 de la mañana. La razón: el político ha sufrido un ataque de lumbago, lo que se conoce médicamente como lumbalgia aguda y lo que, según explica a EL ESPAÑOL el neurocirujano Bartolomé Oliver -del centro Oliver & Ayats Institute del Centro Médico Teknon de Barcelona, es muy habitual en cualquier hombre por encima de los 50 años.
De hecho, explica este experto, esta condición médica es la segunda causa de baja médica en España, sólo superada por el resfriado común. "Puede afectar en algún momento de su vida a casi la mitad de la población", indica el especialista.
Pero, ¿qué es lo que desencadena una lumbalgia aguda? Esto sucede cuando el disco intervertebral se deshidrata y pierde su poder de amortiguación, lo que produce "una irritación de las estructuras alrededor del disco y crea un espasmo muscular". En román paladino: una contractura.
Explica Oliver que ésta puede ser "muy dolorosa" y hacer que el afectado "no se pueda mover" y que, además, puede desencadenarse "por el movimiento más tonto". Es decir, que el hecho de que Rajoy esté de vacaciones no le libra -ni a él ni a nadie- de sufrir un evento de este tipo. Tampoco el hecho de que el presidente no sea precisamente conocido por su sedentarismo -el ataque fue al volver de su paseo diario matutino- ayuda. "Le puede pasar a cualquiera, hay a gente que se le desencadena al levantarse del sillón", resalta el neurocirujano.
Lo que el médico no ve tan claro es que Rajoy -aunque no opina sobre el caso concreto- pueda reunirse en seguida con su majestad Felipe VI. "La fase aguda suele durar días y durante la misma cualquier mínimo movimiento produce dolor, hay gente que tiene incluso que postrarse en cama", recalca.
El tratamiento de los episodios de lumbalgia aguda está muy bien establecido. "Se administran, dependiendo del paciente, medicamentos como antiinflamatorios, relajantes musculares y, en los casos más graves, cortisona. Estos puede tomarlos el enfermo por vía oral o, como ocurre en el caso de Rajoy, inyectados "para que hagan efecto más rápido".
Aunque lo normal es que el presidente pueda volver pronto a sus obligaciones, Oliver desvela que hay "una minoría -de entre el 10% y el 15% de los casos- en los que el paciente no responde". Son personas en las que la lumbalgia aguda evoluciona mal y se convierte "en un problema más serio", que requiere de una "investigación más a fondo" y puede incluso acabar en cirugía. Pero para saber si el mandatario tiene la mala suerte de pertenecer a este grupo, habrá todavía que esperar unos días.