Aunque el caso data de hace 4 años, no fue hasta diciembre de 2015 cuando aparecieron las llamativas imágenes que anteceden a estas líneas en un subforo de Reddit -una de las comunidades de usuarios más grandes de internet-. En ellas se puede ver una radiografía del cuello de un adicto a la heroína repleta de agujas rotas.
Por llamativa y estrambótica que parezca esta situación, la realidad es que se trata de algo bastante habitual, tal y como cuentan en Patient Care. Esta web afirma que hasta el 20% de los adictos a las drogas que se inyectan sustancias estupefacientes por vía intravenosa pueden sufrir este fenómeno, que se produce cuando un toxicómano se duerme tras inyectarse la droga en esta zona del cuerpo.
Según la historia original de Reddit, la radiografía de este paciente apareció a raíz de su visita al servicio de urgencias de un hospital a causa de una neumonía. Tras examinar a este paciente con años de consumo de heroína a sus espaldas, se le hicieron una serie de pruebas y se comprobó que tenía el cuello lleno de agujas.
¿Por qué en esta parte del cuerpo?
Normalmente, las personas que se inyectan drogas por vía intravenosa utilizan las venas de los brazos para ello. Con el paso del tiempo, estos vasos pueden sufrir distintos traumatismos y colapsarse debido a que su revestimiento interior se daña y acaban formándose coágulos de sangre. Si estos coágulos bloquean completamente las venas, éstas se atrofian y no pueden volver a ser usadas de nuevo. Así pues, los drogadictos se ven obligados a buscar nuevas partes del cuerpo para inyectarse.
Si el consumo se prolonga durante muchos años, es común que las venas de los brazos, piernas, del pecho e incluso del abdomen queden inutilizadas. Es entonces cuando el cuello es su única alternativa y el motivo por el cuál este paciente tenía tal cantidad de agujas rotas en el suyo.
Las complicaciones asociadas a estas agujas en el interior del organismo tienen que ver con la formación de abscesos -acumulaciones de pus-, lesiones en las arterias e incluso hemorragias internas potencialmente letales. De hecho, cuando un médico va a examinar a un drogadicto, debe tener cuidado para no entrar en contacto con las más que probables agujas que podrían tener incrustadas en la piel.