Ser excesivamente organizado, limpio o simplemente ordenado respecto a lo que se considera "normal" no debe implicar de por sí sufrir ningún trastorno mental, como el conocido como Trastorno Obsesivo-Compulsivo o TOC. Dicha enfermedad psiquiátrica -que retrató magistralmente el personaje interpretado por Jack Nicholson en Mejor imposible- afecta a un 2% de la población, y su característica principal no es "ser obsesivo".
Recientemente el canal educativo de YouTube Life Noggin ha explicado en un vídeo-resumen en qué consiste realmente un TOC y cuál es la diferencia entre este trastorno y tener una personalidad "obsesiva": la dolencia se caracteriza por pensamientos no deseados y comportamientos e imágenes mentales repetitivas, una y otra vez.
Tipos de TOC
Uno de los ejemplos más conocidos de TOC es la necesidad de que ciertos objetos estén en un orden o posición adecuados en una sala -TOC ordenador-; aunque existen otros tipos como los TOC verificadores, los TOC repetidores o los TOC numerales, entre otros.
Cada uno de estos tipos, como su propio nombre indica, realizan unos comportamientos diferentes a causa de su trastorno. Los TOC verificadores se "obsesionan" con inspeccionar de forma excesiva un lugar con el temor de que pueda pasar algo malo; los TOC repetidores se dedican a repetir comportamientos cuyo único objetivo es disminuir la angustia que crea la idea obsesiva.
En este tipo de trastorno la obsesión está fuera de control, y suele estar ligada a una compulsión: la idea u obsesión conlleva que se lleve a cabo un comportamiento determinado o compulsión, normalmente de forma repetitiva, para que el individuo pueda seguir funcionando. En este caso las compulsiones serían las verificaciones o las repeticiones de comportamientos, por ejemplo.
Diagnóstico preciso
Aunque existen diferentes tipos de TOC, hay algo que comparten: para ser diagnosticado de Trastorno Obsesivo-Compulsivo, las obsesiones deben consumir tiempo -una hora o más al día- y deben crear angustia o interferir en la vida cotidiana; asimismo, los comportamientos compulsivos deben tener como único objetivo disminuir la angustia que crean las ideas obsesivas. Finalmente, debe descartarse que estos comportamientos no sean causados por alguna droga o fármaco.
Como bien señala Noggin en su vídeo, no es aconsejable tildar de TOC a alguien sin más, pues significaría que no se da la importancia que requiere este trastorno mental, reduciendo de forma indirecta o minimizando los problemas que este conlleva.
Una persona organizada o con personalidad ligeramente obsesiva puede dejar de serlo, sin embargo, un individuo con Trastorno Obsesivo-Compulsivo no es capaz de evitar sus obsesiones ni las compulsiones posteriores que estas conllevan, pues la angustia creada en el proceso lo impide.
Actualmente se usan fármacos antidepresivos y terapia conductual para mejorar los síntomas del TOC, aunque no todos los individuos responden a dicho tratamiento. También existe la estimulación cerebral profunda, aunque esta implica la implantación de electrodos en el cerebro, y es un proceso mucho más invasivo.