Para millones de padres, Dalsy es un elemento muy presente en sus vidas. El jarabe es calificado de mágico, milagroso o salvador según a quién se le pregunte y los botiquines de las casas con niños parecen no poder vivir sin él. Por esta razón, no es extraño que el nombre comercial de este ibuprofeno líquido se convirtiera en trending topic cuando la asociación FACUA-Consumidores en Acción hizo público que había notificado a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) que el conocido fármaco omitía en su prospecto efectos secundarios.
En realidad, la asociación ha pecado de exceso de celo. La normativa europea a la que alude para exigir que el prospecto de Dalsy incluya una advertencia sobre los posibles efectos secundarios del colorante E 110 -uno de sus ingredientes- sobre la actividad y la atención de los niños se refiere sólo a alimentos y no a fármacos.
Un portavoz de FACUA ha explicado a EL ESPAÑOL que son perfectamente conscientes de esta diferencia pero que, en calidad de representantes de los consumidores, lo que han hecho es "poner el tema sobre la mesa"; es decir, plantear a Sanidad y, de paso, a la sociedad, si las normativas relativas a alimentación deberían también aplicarse a fármacos.
Un tuit en agosto
Más allá de estas explicaciones, la pregunta que surge es ¿por qué ahora? ¿por qué hacerse eco en 2016 de una normativa publicada en 2008 que, hasta ahora, nadie había planteado que pudiera también aplicarse a fármacos?
La respuesta está en las redes sociales. Según ha señalado el mismo portavoz a este diario, fue un tuit en la cuenta de Twitter del usuario Paco Oliva lo que les dio la voz de alarma. En el mismo, se recoge un fotomontaje con el prospecto actual del Dalsy y la directiva europea referida al etiquetado de los alimentos con el colorante amarillo naranja que da su característico color al jarabe.
El tuit que acompaña a la imagen es mucho más alarmante que la nota de Facua. "Dalsy, medicamento estrella para niños, lleva un colorante E-110 que afecta a su atención, sin etiquetarlo".
A partir de este mensaje, publicado el pasado 24 de agosto, FACUA consultó el asunto con sus abogados y decidió emitir la alerta.
Desde el Ministerio de Sanidad explican a EL ESPAÑOL que "no se trata de un problema alarmante" y que la advertencia de FACUA se está tramitando por el procedimiento ordinario. Si finalmente cambiara el prospecto del medicamento, no se trataría de un caso excepcional: cada año lo hacen decenas de ellos.