El pescado bajo en grasas que está arrasando en Mercadona: cargado de hierro, calcio y sin calorías

A la hora de seguir una alimentación sana y equilibrada es imprescindible recurrir a productos que nos aporten distintos beneficios. Esto es lo que sucede con el pescado blanco, que es aquel que contiene un contenido relativamente bajo de grasa si se compara con los pescados azules.

En este sentido conviene destacar un pescado blanco "libre de mercurio" que tiene menos de un 2% de grasa y que está lleno de hierro y calcio, y que además lo puedes encontrar en Mercadona. Estamos hablando de la corvina, un pez de agua salada que se vende en la cadena valenciana por 13,79 euros, pudiendo comprarla tanto en filetes como abierta a la espalda con espinas y con cabeza o limpia con cabeza.

La corvina es un pescado blanco de agua salada que pertenece a la familia de los Esciénidos, y que también es conocida en algunas regiones españolas como Andeja o Reig. Esta especie habita, principalmente, en profundidades que van desde los 15 a los 300 metros, encontrándose sobre todo en aguas costeras en fondos de lodo y de arena.

Una corvina.

Además, la corvina es un pez muy voraz que se alimenta principalmente de peces, crustáceos, moluscos y gusanos. Es una especie poco sensible a la sal y sus ejemplares jóvenes prefieren bajos niveles de sal y áreas en las que haya una gran vegetación.

Este pescado cuenta con una carne sabrosa y firme que es muy apreciada en la cocina por su gran versatilidad, pudiendo elaborar con ella una amplia cantidad y variedad de recetas. De hecho, es un alimento perfecto para cocinar platos con toques audaces, como los ceviches con especias.

Para cocinar la corvina hay muchas opciones a las que recurrir, pudiendo prepararse al ajillo, a la plancha, al horno…, de forma que se puede optar por una u otra en función de las necesidades y las preferencias de cada momento, pudiendo lograr, en todos los casos, unas recetas que no dejarán a nadie indiferente.

Beneficios de la corvina para la salud

La corvina ha logrado convertirse en todo un manjar por su sabor y por las numerosas posibilidades que ofrece en la cocina, pero también por sus muchos beneficios para la salud, entre los que hay que destacar los siguientes:

• Tiene poca grasa: una de las principales ventajas asociadas al consumo de este pescado blanco es que tiene un bajo contenido en grasa. De hecho, tiene un índice inferior al 2%, aportando apenas 90 calorías por cada 100 gramos, siendo así una opción muy a tener en cuenta por todos aquellos que quieren mantener un peso saludable o que están siguiendo un plan de alimentación que está enfocado a adelgazar.
• Mejora la salud ósea: gracias a sus elevados contenidos en ácidos grasos Omega-3 y proteínas magras, se convierte en un pescado que es un gran aliado para el fortalecimiento de los huesos, además de a la mejora de la salud cardiovascular.
• Mantiene saludable el sistema nervioso: el consumo de corvina ayuda a la hora de mantener saludable el sistema nervioso, lo que consigue gracias a su contenido en vitaminas del grupo B, como la vitamina B3 (niacina) y B6 (piridoxina).
• Ayuda a controlar la tiroides: al ser una excelente fuente de selenio, se convierte en un antioxidante ideal para ayudar a la protección de las células, así como a controlar la función de la tiroides. También contiene zinc, que es un mineral imprescindible para el sistema inmunológico, así como para la salud de la piel.

¿Por qué introducir pescados blancos en la dieta?

Los pescados blancos no se consumen con tanta frecuencia que las diferentes variedades de pescados azules, pero esto es un error, puesto que se trata de unos pescados que tienen muchas ventajas para la salud. Cuando se acude al supermercado puede no ser demasiado sencillo diferenciarlos, pero existen algunas características generales que ayudan a conocer de cuál se trata.

La norma indica que los pescados blancos poseen una carne de tonos más claros, además de que tienen una cola de forma redondeada, en lugar de la cola en forma de flecha, que es propio de los azules. Entre los pescados blancos más comunes, además de la corvina, nos encontramos con: bacalao, besugo, cazón, cabracho, dorada, congrio, merluza, lenguado, gallo, rape, raya, rosada, pescadilla, mero y rodaballo.

Existen varias características que hacen que sea muy recomendable introducirlos en la dieta, siendo uno de ellos el hecho de que son alimentos con un bajo aporte de calorías, por lo que se pueden introducir sin problemas en cualquier dieta que tenga por objetivo el déficit calórico, además de que contribuyen a una mejor digestión.

Además, se trata de alimentos que nutren al cuerpo de los minerales básicos para su correcto funcionamiento, como el cobre, el hierro, el potasio, el calcio, el yodo o el fósforo, a los que hay que sumar su alto contenido en vitaminas del grupo B, que, acompañadas de proteínas de alta calidad, aportan gran parte de los porcentajes de aminoácidos esenciales necesarios para el buen funcionamiento del organismo.

Por otro lado, tienen una ventaja con respecto a los pescados azules, y es que su valor de mercado suele ser inferior, por lo que es más sencillo poder introducirlos en la alimentación sin tener que hacer un gran desembolso económico. Asimismo, son un buen reemplazo de otras carnes grasas como la de vaca o la de cerdo.