Desde hace mucho tiempo es por todos sabido que la cebolla tiene múltiples beneficios para la salud. De esta manera, este alimento con tanta presencia y protagonismo en la gastronomía española tiene un efecto positivo sobre nuestro organismo, destacando entre otros por su contribución para mejorar la circulación y reducir la tensión sanguínea, pero también tiene impacto sobre los riñones.
Esta planta, que contiene quercitina, una sustancia que actúa como protector renal, tiene una potente acción antioxidante y antiinflamatoria. De hecho, un estudio publicado en la revista Frontiers in Pharmacology detalló que este flavonoide natural ayuda al alivio de la toxicidad renal, la fibrosis, la apoptosis y la inflamación en una amplia variedad de enfermedades en los riñones.
A ello hay que sumar la riqueza de la cebolla en otros compuestos como cepaenos, saponinas, agliconas, organosulfuros, flavonoidos y otros compuestos fenólicos, los cuales poseen efectos antioxidantes, antiinflamatorios e inmunomoduladores. Por todo ello, hay muchos científicos que han comenzado a estudiar la posibilidad de hacer uso de esta planta para poder enfrentarse a enfermedades que guardan relación con la desregulación inmunológica, la inflamación y el estrés oxidativo.
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También hay que destacar que el fuerte sabor que posee, hace que la cebolla se convierta en un condimento perfecto para dietas bajas en sodio, que son habituales entre aquellas personas que presentan algún tipo de problema renal. De igual forma, su consumo tiene varios beneficios para la salud cardiovascular, al reducir el riesgo de padecer problemas de hipertensión, que pueden afectar negativamente a los riñones.
Por otro lado, un trabajo publicado en la revista Iranian Journal of Pharmaceutical Research ha demostrado que el consumo diario de cebolla ayuda a los riñones por su papel como diurético, estimulando la excreción de orina. De esta forma, favorece la expulsión de sodio al mismo tiempo que contribuye a regular el volumen y la composición de los líquidos de nuestro organismo, favoreciendo el bienestar de diferentes órganos, entre ellos los riñones.
Otros beneficios de la cebolla para la salud
Además de sus beneficios para los riñones, hay que destacar que la cebolla tiene otras ventajas muy interesantes para la salud, por lo que este ingrediente versátil y sabroso no puede faltar en la alimentación diaria. Algunas de ellas son las siguientes:
- Bactericida, fungicida y expectorante: este ingrediente tan habitual en nuestra gastronomía posee una acción bactericida y fungicida que lo hace ser muy eficaz para inhibir distintas bacterias como la Escherichia coli o la Staphylococcus aureus. Además, también es un alimento protector de los bronquios, siendo muy útil para personas con asma y otras enfermedades pulmonares obstructivas.
- Beneficios para la salud del corazón: las cebollas poseen antioxidantes y otros compuestos que favorecen la reducción de los triglicéridos y reducen los niveles de colesterol, lo que contribuye a reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. También reduce la presión arterial y protege frente a los coágulos sanguíneos.
- Prebiótica: la fibra que podemos encontrar en este alimento posee fruto-oligosacáridos, un componente que no se puede digerir en el estómago y que llega al colon, donde se degrada por las bacterias intestinales. Por ello consigue favorecer el crecimiento de bifidobacterias e inhibir el desarrollo de bacterias patógenas. De esta manera, la cebolla sirve como prebiótica.
- Ayuda a prevenir algunos tipos de cáncer: algunos de los numerosos compuestos de la cebolla tienen propiedades anticancerígenas que ayudan a prevenir algunos tipos de cáncer como el de estómago y el de colon.
- Antidiabética: además, la cebolla cruda es una gran aliada para personas que padecen de diabetes o azúcar elevado, ya que incluir este alimento en la dieta ayuda a la regulación de la glucosa en sangre.
Cómo introducir la cebolla en la dieta
Dada su gran versatilidad, es muy sencillo introducir la cebolla en la dieta, puesto que es un vegetal que está presente en muchas de las recetas que preparamos en nuestro día a día. Por si esto fuera poco, por ella misma es capaz de aportar un gran aroma y sabor a muchas preparaciones.
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Se puede usar tanto cruda como cocida, y algunas posibilidades que tenemos a nuestra disposición para incluirla en nuestra alimentación son las siguientes:
- Cortada fina y pochada: esta manera de usar la cebolla se emplea como fondo de numerosos guisos, sofritos, sopas y salteados.
- Sola o combinada con otros vegetales: en este caso, se puede utilizar para el relleno de berenjenas, pimientos, empanadas y otras masas saladas. Su textura y humedad hace que estas preparaciones tengan mayor untuosidad y sabor.
- Cruda en ensaladas: cortando la cebolla en finos aros, se puede agregar cruda en ensaladas.
- Entera o en rodajas: la cebolla, ya sea entera o bien cortada en rodajas, puede ser el perfecto acompañamiento para platos de carne y pescado al horno.
En algunos casos, el sabor de este alimento puede llegar a resultar fuerte, sobre todo al consumirla cruda, aunque esto dependerá de cada comensal. En cualquier caso, para todos aquellos que quieran suavizarlo, podrán dejarla en remojo durante unos minutos en una mezcla de agua con un poco de vinagre.
Por último, en lo que respecta a su consumo, hay que tener en cuenta que, dado que este es relativamente bajo, es suficiente con consumir unos 20-30 gramos diarios de cebolla para disfrutar de todos sus beneficios. Además, como sucede con otros vegetales, es mejor comer la cebolla cruda que cocida, ya que al cocinarla puede perder algunos nutrientes.