En el mundo de los lácteos, el yogur suele considerarse un alimento saludable gracias a su contenido en calcio, probióticos y proteínas. Sin embargo, no todos los yogures son iguales, ya que muchos contienen azúcares añadidos y otros ingredientes que disminuyen sus beneficios. Entre las opciones saludables, el yogur griego destaca por potenciar las cualidades del yogur tradicional con menos azúcares y carbohidratos. Un ejemplo de ello es el yogur griego natural de Hacendado, disponible en Mercadona, que mantiene su apuesta por una nutrición más equilibrada.
Elaborado por Schreiber en su fábrica de Noblejas (Toledo), se ofrece en un práctico pack de seis unidades de 125 g cada una, con un precio accesible de 1,55€. Este producto mantiene la simplicidad en su lista de ingredientes, entre los que se incluyen la leche fresca pasteurizada entera de origen español, nata, leche en polvo desnatada y fermentos lácteos, ingredientes tradicionales y esperables en un yogur de este tipo,que garantizan no solo el sabor y la textura característicos del yogur griego, sino también el mantenimiento de sus propiedades nutricionales
Al fijarnos en sus valores nutricionales, observamos que este yogur de Hacendado griego aporta 129 calorías por cada 100 g. Contiene 10,8 g de grasas, de las cuales 6,7 g son saturadas. Su contenido en hidratos de carbono es de 3,9 g , todos ellos azúcares naturales. También proporciona 3,9 g de proteínas, lo que lo convierte en una buena fuente de este macronutriente. Además, aporta 141 mg de calcio, contribuyendo al mantenimiento de huesos y dientes saludables, y un moderado 0,12 g de sal.
Menos azúcar y más proteínas
El yogur griego se diferencia de otros yogures, principalmente, por su proceso de elaboración. Durante su producción, se cuela para eliminar el suero líquido y la lactosa. El resultado es un producto más espeso y cremoso que suele contener menos azúcar pero hasta el doble de proteínas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el elaborado con leche entera puede tener casi tres veces más grasa que el yogur tradicional.
Por tanto, podemos aforar que el yogur griego es una excelente fuente de vitaminas, minerales y probióticos que ofrecen importantes beneficios para la salud. Entre sus principales aportes, destaca el potasio, que ayuda a regular la presión arterial y la función muscular, y la vitamina B12, esencial para prevenir la anemia y mantener sanos los nervios y células sanguíneas.
Este tipo de yogur también es beneficioso para la salud ósea, ya que proporciona una cantidad significativa de calcio, crucial para mantener la densidad ósea y prevenir la osteoporosis. Además, como producto probiótico, el yogur griego favorece la salud digestiva al favorecer el equilibrio de bacterias beneficiosas en el intestino, mejorando la digestión y regulando los movimientos intestinales.
Mejor para el sistema cardiovascular
El yogur griego, como un tipo de leche fermentada rica en probióticos, ha demostrado tener un impacto positivo en la salud cardiovascular, especialmente en la reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos. Mantener estos niveles bajo control es crucial, ya que su exceso puede llevar a la acumulación de placa en las arterias, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas como la aterosclerosis, los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares.
Además, algunos estudios sugieren que el yogur griego podría contribuir a reducir la presión arterial, un factor determinante en la salud del corazón. Un metaanálisis realizado en 2013, mostró que el consumo de productos lácteos fermentados con probióticos, como el yogur griego, se asoció con una disminución significativa de la presión arterial. Este efecto se atribuye a la capacidad de los probióticos para mejorar la salud intestinal, lo que puede influir en el control de la presión arterial.