El gran problema de las patatas fritas es que, aunque sabemos que no nos convienen, es muy complicado resistirse a ellas. Se han convertido en un complemento indispensable de casi cualquier comida, pero también están ahí cuando pedimos una cerveza en un bar. Si bien las patatas fritas son inofensivas si las comemos de vez en cuando y en el contexto de una dieta saludable, es muy difícil escapar de ellas, precisamente, porque se sirven en todas partes.
Pero, ¿por qué las patatas fritas han sido tan señaladas? La Universidad de Harvard advirtió de que, debido a la poca fibra y al alto contenido de carbohidratos con el que contaban las patatas, no deberíamos contarlas como una pieza de verdura en nuestra dieta. Además, estos tubérculos son muy porosos y cuando los freímos absorben la grasa en la que se sumergen como esponjas. El resultado son unos bocados con un alto número de kilocalorías, pocos nutrientes saludables y un bajo efecto saciante.
De hecho, las patatas fritas se encuentran en la lista negra de alimentos que Frank Hu, epidemiólogo y profesor en la prestigiosa Universidad de Harvard, suele evitar para reducir el riesgo de padecer enfermedades. En concreto, el experto sostiene que al evitar las patatas fritas se pueden prevenir enfermedades relacionadas con la inflamación crónica. En este sentido, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer e, incluso, las demencias se han relacionado con este fenómeno.
Vicios asociados
"Muchos estudios experimentales han demostrado que los componentes de las bebidas y de los alimentos pueden tener efectos antiinflamatorios. Elige los alimentos antiinflamatorios adecuados y serás capaz de reducir tu riesgo de enfermar. Elige de manera constante los alimentos equivocados y puedes terminar acelerando los procesos de las enfermedades inflamatorias", advierte Hu. De esta manera, es mejor que acompañemos un escalope con un poco de ensalada o que nuestro aperitivo con una cerveza sean unas aceitunas.
Por su parte, Miguel Ángel Martínez-González, epidemiólogo e investigador de la dieta mediterránea, también advierte de los peligros de estas patatas. "Estos productos tienen mucha sal y están fritos con mucha grasa de baja calidad. Son lo peor. Almidón que rápidamente se transforma en azúcar, cargado de sal y de calorías extra. Las patatas fritas encabezan la lista que debería darse a cualquier persona, tenga o no sobrepeso, con los alimentos que tienen una mayor relación con la ganancia de kilos superfluo", explica.
Sí, según este experto, las patatas fritas son el alimento que es responsable con más frecuencia del sobrepeso, incluso por encima de la bollería, de las galletas y de los pasteles. En este sentido, evitar las patatas fritas es también una manera efectiva de prevenir la obesidad, que también ha demostrado ser un factor de riesgo de enfermedades como las del corazón y el cáncer. "Quizá se deba a que los que comen muchas patatas fritas son, en general, grandes comedores de todo", apunta Martínez-González.
Es decir, que es muy probable que la gente que come con frecuencia patatas fritas es gente que también tiene otros malos hábitos alimenticios. Sí, las patatas fritas contienen grasas trans y altas cantidades de sal, que son capaces de elevar también el colesterol y la tensión arterial, pero también su consumo está asociado al de ciertos alimentos. "Los grandes consumidores de patatas fritas pueden ser también grandes consumidores de otros alimentos con un alto contenido en grasa y sal, bebidas azucaradas y carne roja", enumera este artículo también de Harvard. Por esta razón, el mayor número de muertes que se asocia a las patatas fritas puede también tener que ver con esos hábitos malsanos asociados.