Las Zonas Azules son los enclaves de la mayor longevidad en todo el mundo. Dos de ellas, la isla de Cerdeña y la isla de Ikaria, están en el mismo Mediterráneo, y se suman la isla de Okinawa, en Japón, y otra más en Costa Rica. Pero la quinta zona azul está en el corazón del mundo industrializado. Hablamos de una pequeña ciudad del estado de California, Loma Linda .
Aquí reside la mayor densidad de población centenaria del país, llegando a vivir más de una década extra en comparación con la población general de EEUU. Recientemente, la dietista y nutricionista Eliza Cheng, que nació y creció en Loma Linda, ha contado su experiencia sobre cómo se alimentan los habitantes de la zona.
La propia Cheng es un ejemplo de este modo de vida, y ha compartido cómo se alimenta ella misma durante un día normal. Como explica, la nutrición debe ser saciante, pero a la vez debe otorgar la energía necesaria para el día a día. Y además, debe ser palatable, permitiendo disfrutando del camino.
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Cabe apuntar que Loma Linda: es una comunidad de adventistas del séptimo día, una congregación religiosa con casi 22 millones de seguidores. Entre sus preceptos se incluye un gran ascetismo y frugalidad al comer. Su dieta se basa en gran parte en plantas -muchos de sus creyentes son vegetarianos-, evitando el consumo de carne de cerdo, conejo o caballo, además de evitar el marisco y algunos tipos de pescado.
Como apuntaba el experto Dan Buettner en su estudio de las zonas azules, la pertenencia a una comunidad y las creencias espirituales serían dos puntos clave en la búsqueda de la larga vida. En el caso de los adventistas ambos factores son pilares básicos de su forma de vida.
En el caso de Cheng, se levanta a las 6.00h y toma un vaso de agua con limón (para darle sabor), pero desayuna una hora más tarde. En esta comida, incluye cereales integrales con fruta y leche almendras por su riqueza en vitaminas B y hierro.
Posteriormente, a media mañana, consume una barra de granola con fruta, frutos secos y semillas. Este conjunto es una fuente óptima de grasas y proteínas de origen vegetal, asociando un carbohidrato integral complejo y saciante. En algunos casos, echa mano de algo de queso y zumo, o yogur y un puñado pequeño de granola. A todo esto añade agua, la cual es necesaria tanto para la hidratación general como para la buena motilidad intestinal.
Respecto al almuerzo, siempre debe incluir carbohidratos complejos, proteínas, grasas saludables, verdura y algo de fruta. En este punto la nutricionista puntualiza que, al crecer como adventista del séptimo día, las proteínas de origen vegetal son una parte importante tanto de su dieta como de los habitantes de Loma Linda. Suelen comer habitualmente garbanzos, edamame, tofu, lentejas, frijoles y soja, entre otros ejemplos.
Respecto a la tarde, Cheng suele tomar un trozo de chocolate, un plátano con mantequilla de frutos secos, o unas fresas con crema de cacahuete. Para cenar, alrededor de las 17:00h, suele preparar arroz blanco o integral junto a verduras y proteína vegetal, como tofu por ejemplo. Habitualmente añade semillas y algunas especias como cebolla y ajo en polvo.
Finalmente, y como último bocado del día, llega lo que sorprenderá a muchos en España. La nutricionista suele tomar yogur con miel, al cual suele agregar algunos frutos secos como forma saludable de grasa, fibra y proteína, además de un añadido de calcio y probióticos previo al momento de dormir.
Como podemos observar, muchas de estas costumbres se relacionan con una mejor salud, y por supuesto una mayor cantidad y calidad de vida: más proteína vegetal y menos proteína animal, mayor cantidad de verdura en las comidas, escaso o nulo procesado de las comidas, y cenar pronto.