Los espárragos han sido una constante en la mesa desde tiempos inmemoriales. Su consumo está constatado en antiguas civilizaciones que los valoraban por sus propiedades medicinales, y hoy se han convertido en un elemento esencial en la cocina contemporánea. Un buen ejemplo son estos espárragos verdes finos de Hacendado, a la venta en Mercadona.
Envasados por Conservas El Cidacos, estos espárragos de calibre delgado se venden en botes de 125 g de producto escurrido. Con su perfil suave y su capacidad para absorber los sabores de otros ingredientes, se prestan a una amplia gama de preparaciones culinarias. Ya sea a la parrilla, al horno, salteados o simplemente en conserva, estos brotes verdes añaden un toque de frescura y sofisticación a cualquier plato.
Pero no solo se trata de un ingrediente versátil que se adapta a una gran diversidad de recetas. Entre sus ventajas también se encuentra que se trata de un alimento muy saludable. Algo que se debe a sus excelentes valores nutricionales. En este caso, por cada 100 g de producto, encontramos únicamente 15 calorías, 0,1 g de grasas, 1,6 g de hidratos de carbono, 13 g de proteínas y 1 g de sal.
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Verdes y blancos: la diferencia
Esto radica en su proceso de cultivo y cómo interactúan con la luz solar. El espárrago verde, al emerger de la tierra y exponerse a la luz solar, desencadena un proceso natural de fotosíntesis. Este fenómeno biológico impulsa la producción de clorofila, el pigmento verde que le confiere su característico color. Además, este proceso también contribuye a la síntesis de nutrientes y compuestos beneficiosos para la planta, lo que se traduce en un sabor más intenso y una textura más carnosa en comparación con su contraparte blanca.
En cambio, el espárrago blanco se cultiva de manera diferente. Se mantiene cubierto de tierra durante su crecimiento, lo que evita la exposición a la luz solar y la producción de clorofila. Esto da como resultado un color blanco o crema en los tallos, así como un sabor más suave y delicado en comparación con el espárrago verde. En términos nutricionales, el espárrago verde puede tener un contenido ligeramente mayor de ciertos nutrientes debido a su proceso de fotosíntesis activa.
Una fuente de fibra saludable
Además de ser bajos en calorías y grasas, los espárragos verdes poseen muchos nutrientes necesarios para nuestro organismo. Rico en calcio, fósforo y vitamina K, fortalece los huesos y previene la anemia, mientras que su alto contenido de vitamina C impulsa el sistema inmunológico y actúa como antioxidante. El ácido fólico es crucial para mujeres embarazadas, previniendo defectos del tubo neural, y la fibra favorece la salud digestiva, controla los niveles de azúcar en sangre y ayuda a mantener un peso saludable al brindar saciedad.
Precisamente, ese contenido en fibra es una de sus principales características. Con algo más de 1,5 g por cada 100 de producto, equivalente a la avena, es una buena opción para que este nutriente esté presente en nuestra dieta. La fibra insoluble presente en los espárragos ayuda a mantener la regularidad intestinal, previniendo el estreñimiento y promoviendo un tracto gastrointestinal saludable.
Otra ventaja es que la fibra soluble contribuye al control de los niveles de azúcar en la sangre al ralentizar la absorción de glucosa, lo que resulta beneficioso para las personas con diabetes y para quienes buscan mantener niveles estables de energía.
Además, puede ser aliada en la salud cardiovascular al ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL en la sangre, disminuyendo así el riesgo de enfermedades cardíacas. Asimismo, su capacidad para generar una sensación de saciedad puede ser útil en la gestión del peso, ayudando a controlar el apetito y a mantener una ingesta calórica equilibrada.
Versatilidad en la cocina
Los espárragos verdes en conserva ofrecen una versatilidad culinaria que los hace ideales para una multitud de recetas. Pueden ser añadidos a ensaladas frescas, utilizados en tortillas y revueltos como un ingrediente nutritivo, o incorporados en pizzas y focaccias para añadir un toque gourmet.
Además, son excelentes para platos de pasta, combinándolos con aceite de oliva, ajo y queso parmesano. Como aperitivo o tapa, pueden envolverse en jamón serrano o bacon y asarse al horno para un bocado elegante y delicioso.
Así pues, si nos queremos lanzar a cocinar con ellos tenemos a nuestra disposición una amplia variedad de recetas en las que el espárrago es el gran protagonista. Como este sencillo revuelto combinado con champiñones o estas carrilleras de cerdo, con un procedimiento más complejo y un resultado más sofisticado.