Durante los últimos años, el ayuno intermitente se ha popularizado como una especie de patrón alimentario más cuyo objetivo sería la pérdida de peso, en este caso restringiendo la ventana horaria de alimentación: solo se puede comer durante un rango determinado de tiempo, y esto a su vez suele producir que se consuma menos alimento. Sin embargo, no son pocos los que han defendido que el ayuno intermitente funciona tan solo por restringir los horarios, y sin tener en cuenta las calorías.
Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad del Sur de Dinamarca y la Universidad de Wageningen de los Países Bajos han realizado una revisión del conocimiento existente sobre el ayuno, y han publicado sus conclusiones en Trends in Endocrinology and Metabolism: la restricción temporal, por sí sola, no sería suficiente para perder grasa.
Se han recopilado multitud de datos sobre qué efectos produce el ayuno intermitente sobre el organismo humano y, aunque en un inicio se sugería que la restricción temporal era la clave de este patrón dietético, una de las conclusiones clave de esta revisión va en sentido contrario. El ayuno intermitente debe combinarse con un control de la ingesta calórica. Es la reducción total de calorías lo que marca la diferencia, y no el hecho de dejar más horas entre comidas; aunque esto último ayuda y puede facilitar dicha reducción de calorías en algunas personas.
La clave del ayuno
De hecho, este no sería el primer trabajo que llegaría a tal conclusión, aunque en este caso la nueva revisión ha tenido en cuenta muchos otros potenciales beneficios del ayuno intermitente más allá de la pérdida de peso y grasa. Pero, como explica Philip Ruppert, biólogo molecular de la Universidad del Sur de Dinamarca, "cuando se hace ayuno intermitente, se sigue aplicando la regla fundamental de que debemos consumir menos calorías de las que quemamos si queremos perder peso. Esto significa que el ayuno intermitente no nos da vía libre para consumir cantidades ilimitadas de alimentos. Es fisiología básica, y el ayuno no puede cambiar eso".
Por otro lado, esta misma revisión también ha analizado los efectos del ayuno intermitente a nivel molecular, como la liberación de ácidos grasos tras su descomposición, o la cetogénesis (cuando las altas tasas de descomposición de ácidos grasos hacen que el hígado produzca cetonas).
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Así mismo, el mismo artículo también ha analizado los sentimientos de euforia que experimentan algunas personas tras varios días de ayuno, unos sentimientos que parecen reemplazar a la sensación de hambre inicial, tal vez en respuesta a los procesos químicos y metabólicos que se producen en el organismo y a nivel cerebral en estas circunstancias de privación alimentaria.
Tipos de ayuno
De hecho, el propio Ruppert experimentó esta sensación cuando ayunaba. Por el momento los expertos no están seguros del motivo por el que sucede esto, pero se ha sugerido que las cetonas que están sirviendo de "combustible" para el organismo otorgan energía de forma más eficiente al cerebro, y este funcionaría en un estado más "feliz".
Actualmente existen varias formas de realizar ayuno intermitente. Algunas personas no comen durante ciertos rangos de horas, que pueden ir desde las 12 hasta las 14 o 18 horas, siendo el ayuno 16:8 el más común actualmente (16 horas de ayuno y solo 8 horas para consumir alimento). También existen las formas de ayuno de 24 horas completas, o los ciclos de 5:2, donde se consume alimento de forma habitual 5 días a la semana, y se intercalan 2 días con un consumo calórico muy reducido (no se aconseja que estos dos días sean seguidos). De hecho, incluso hay quien solo come una sola vez al día, aunque este método parece ser poco recomendable según la evidencia actual.
A pesar de que la pérdida de grasa siempre requerirá reducir el consumo calórico, sea mediante ayuno intermitente o restricción calórica habitual, los investigadores también recuerdan en su revisión que el ayuno tiene otros beneficios como mejoras en la tensión arterial. Pero, como siempre, se debe recordar que cada persona es diferente y es posible tener diferentes respuestas al ayuno, motivo por el cual es importante consultar con un profesional cualificado antes de llevar a cabo ayunos de duración significativa. Sobre todo si se sufre alguna enfermedad o se toman determinadas medicaciones.