El cáncer es la enfermedad que empuja a muchas personas a dejar de fumar: la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), de hecho, calcula que el tabaco mata cada año a cerca de 63.000 personas en nuestro país. Sin embargo, esta no es la única sustancia que, en nuestro día a día, eleva nuestro riesgo de padecer esta temida enfermedad. Algunas de estas se encuentran en algunos en comidas y bebidas que tomamos en nuestro día a día y que, sin embargo, se encuentran más normalizadas.
Sin duda, la más peligrosa de estas es el alcohol. El Ministerio de Sanidad explica en este documento que el alcohol está relacionado con hasta siete tipos de cáncer: cavidad oral, faringe, laringe, esófago, mama en mujeres, hígado y colorrectal. Según este ministerio, en 2018 el consumo de alcohol fue la causa de 45.500 cánceres de mama en mujeres y la muerte de 12.100 de estas pacientes. Por su parte, el alcohol causó ese mismo año 59.200 casos de cáncer colorrectal en hombres y mató por esta razón a 28.200 de ellos.
Por esta razón, cada vez más médicos recomiendan evitar por completo estas sustancias, ni siquiera una copa de vino al día. Mantenerse alejado de todas las sustancias que son en cierta medida carcinógenas es muy complicado, algunas están muy presentes en nuestra dieta diaria. En este sentido, la versión en inglés del periódico Huffington Post ha preguntado a cuatro médicos especializados en cáncer cuáles son las comidas que ellos evitan a toda costa para prevenir el cáncer. En total, nombraron seis alimentos.
Las carnes procesadas
Si las hamburguesas, las salchichas y el bacon —entre otras muchas carnes procesadas— ya tenían mala fama por aumentar el colesterol en sangre y la tensión arterial de quienes las toman, en los últimos años ha empeorado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) las ha clasificado como un carcinógeno de nivel 1, lo que significa que existe una alta evidencia de que están relacionadas con la formación de tumores. En concreto, estos alimentos se han asociado con los cánceres colorrectales.
La comida quemada
Los oncólogos también intentan evitar toda esa comida requemada que, por lo general, nos encanta. El churruscadito es, en realidad, una parte del alimento que alberga "aminas aromáticas heterocíclicas e hidrocarburos aromáticos policíclicos, ambos son carcinógenos conocidos", explican los oncólogos preguntados en Huffington Post. En este sentido, incluso los alimentos más saludables pueden convertirse en peligrosos si el tostado que les damos llega hasta el punto en el que se queman.
["Soy cardióloga y éste es el único alimento que nunca como": lo consumimos en España a diario]
La carne roja
En el mismo momento en el que la carne procesada fue declarada como un alimento cancerígeno, la carne roja fue vinculada también con esta enfermedad, pero en un grado menor de evidencia. Los científicos a los que preguntó el diario aseguraban no comer este tipo de carne o hacerlo muy de vez en cuando: no sólo porque algunos estudios han vinculado este producto con cánceres de colon, próstata e, incluso, páncreas, sino porque también se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Los ultraprocesados
La forma en la que nos alimentamos ha cambiado radicalmente en el mundo entero en las últimas décadas y, por desgracia, nos hemos vuelto más dependientes de los alimentos ultraprocesados. Ahorran tiempo en la cocina y suelen ser deliciosos, pero perjudican a nuestra salud. Los expertos consultados por Huffington Post han destacado entre ellos los cereales del desayuno azucarados, los artículos de bollería y de pastelería. Esto se debe a que muchos cánceres se relacionan con la obesidad y la diabetes y estos alimentos promueven ambas condiciones.
El pan blanco
Este alimento básico en cualquiera de los hogares de España también se ha posicionado en los últimos años como una de esas comidas que creíamos saludables, pero que en realidad nos perjudican. "El pan blanco no tiene ningún beneficio nutricional que no puedas obtener del pan de grano completo, o integral. Y, al igual que los cereales y los alimentos azucarados, está relacionado con factores de riesgo del cáncer como la diabetes y la obesidad", explica uno de estos oncólogos.
Los refrescos azucarados
Durante décadas hemos bebido refrescos sin pensar en sus peligros, más allá de las caries que podían aparecer en los dientes. Sin embargo, esas bebidas que tomamos en bares con amigos, en el cine o, incluso, entre horas en casa, tienen un índice glucémico altísimo y, por tanto, se relacionan también con la obesidad y con el riesgo a desarrollar diabetes tipo 2. Es decir, que su relación con el cáncer es similar a la que tienen los ultraprocesados y el pan blanco.