El marisco poco consumido en España que tiene el doble de hierro que las lentejas

Las ostras son un verdadero tesoro nutricional, ofreciendo una gama de sabores que van desde lo marino hasta lo terroso, con toques de dulzura y salinidad. Están cargadas de nutrientes esenciales como proteínas, vitaminas y minerales, además de ácidos grasos omega-3, que son vitales para una dieta saludable. Su perfil de sabor único las hace ideales para una variedad de preparaciones culinarias, siendo apreciadas tanto por gourmets como por aficionados a la cocina saludable.

Este marisco destaca por su densidad nutricional, siendo una fuente rica de múltiples vitaminas y minerales esenciales. Contienen alrededor del 600% de la Ingesta Diaria Recomendada (IDR) de zinc por 100 gramos, además de ser una buena fuente de otros nutrientes esenciales como vitaminas B12 y D, hierro, magnesio, selenio, cobre y omega-3. Esta riqueza nutricional se ofrece en un paquete sorprendentemente bajo en calorías, con solo 68 calorías por cada 100 gramos, lo que las convierte en una opción alimenticia ideal para aquellos que buscan nutrientes sin un alto aporte calórico.

Beneficios cardiovasculares

Las ostras ofrecen beneficios significativos para la salud cardiovascular debido a su contenido de nutrientes clave. El potasio y el magnesio presentes en este alimento ayudan a regular la presión arterial y a relajar las paredes arteriales, lo que puede contribuir a la prevención de enfermedades cardíacas. Mientras que los ácidos grasos omega-3 encontrados también juegan un papel importante en la salud del corazón, ayudando a reducir los triglicéridos y el colesterol malo, bajar la presión arterial y mejorar la circulación sanguínea, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardíacas y arteriosclerosis. Además, la vitamina E presente en las ostras aporta beneficios cardioprotectores, particularmente importantes para personas con condiciones crónicas como la diabetes.

Mejora de los niveles de testosterona

Las ostras han sido históricamente asociadas con propiedades afrodisíacas. Esto se debe en gran parte a su alto contenido de zinc, un mineral esencial para la reproducción y la salud sexual. El zinc, tal y como explora un estudio publicado en "Nutrition", juega un papel crucial en la producción de testosterona, la hormona responsable del deseo sexual tanto en hombres como en mujeres. Aunque los estudios sobre el efecto afrodisíaco de las ostras no son concluyentes, la relación entre el zinc y la salud sexual sí es bien reconocida.

Este marisco también es una excelente fuente de ácidos grasos omega-3, que son vitales para la salud del corazón, tal y como destaca una publicación en “Journal of Nutrition”. Estos ácidos grasos ayudan a reducir la inflamación en el cuerpo y se asocian con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Su consumo regular puede contribuir a una mejor salud del corazón, disminuyendo los niveles de triglicéridos y colesterol malo, y mejorando la circulación sanguínea.

Prevención de la anemia

Este alimento es una fuente significativa de hierro, un mineral esencial para la formación de glóbulos rojos y la prevención de la anemia. Incluso contienen más hierro que las lentejas, 7 miligramos frente a los 3,3 de 100 gramos de lentejas. Otro aspecto positivo es que encima este hierro es más asimilable por el organismo que el de origen vegetal. Contribuyendo así a mejorar la circulación sanguínea y el suministro de oxígeno a los órganos, promoviendo un mejor funcionamiento del cuerpo y a la prevención de trastornos relacionados con la deficiencia de hierro, como la fatiga y la debilidad muscular.

Salud ósea

Por último, este marisco contiene una variedad de minerales que son fundamentales para la salud ósea, incluyendo calcio, fósforo, zinc, hierro, cobre y selenio. Estos minerales contribuyen a aumentar la densidad mineral ósea y la durabilidad, protegiendo contra enfermedades como la osteoporosis y otros trastornos relacionados con la debilidad ósea. Incluso un estudio relaciona su consumo con la prevención de la pérdida ósea.

Riesgos

Las ostras, aunque beneficiosas para la salud, pueden conllevar ciertos riesgos. Su capacidad para filtrar el plancton y limpiar su entorno puede resultar en la acumulación de toxinas dañinas en sus conchas. Estas toxinas, producidas por microorganismos como diatomeas, cianobacterias y dinoflagelados, pueden ser perjudiciales para los humanos, causando síndromes neurotóxicos como la intoxicación amnésica y el envenenamiento paralítico. Además, también pueden albergar bacterias dañinas, como Vibrio vulnificus, comunes en las regiones costeras, que pueden causar problemas de salud si no se cocinan adecuadamente.

Otro riesgo asociado a su consumo es la posibilidad de reacciones alérgicas. La tropomiosina, una proteína presente en este marisco, es conocida por provocar alergias en algunas personas, que pueden experimentar síntomas como erupciones cutáneas, hinchazón facial y dolor abdominal. Por lo tanto, las personas con sensibilidad a esta proteína deben tener precaución al consumir ostras.