En la década de 1940, la tradición de acompañar vinos y txakolis con aceitunas y anchoas del Cantábrico era común en el País Vasco. Según se cuenta -aunque las versiones son diversas y variadas-, el origen de la gilda se encuentra en el donostiarra bar Casa Vallés. Un cliente habitual de este establecimiento, acostumbrado a disfrutar de sus txakolis con aceitunas, piparras de Ibarra y anchoas, decidió innovar un día ensartando estos ingredientes en un palillo para facilitar su consumo, dando origen así a este picante pintxo.
Una vez creado este picante aperitivo, solo faltaba darle un nombre. Y es ahí cuando esta historia se cruza con el cine. En 1946, se estrenó la conocida película Gilda, protagonizada por la actriz Rita Hayworth, que interpreta el papel principal de una mujer enredada en un complicado triángulo amoroso. Alguien tuvo la original idea de comparar la gilda con esta película, ya que ambos eran "salados, verdes y un poco picantes".
Desde aquel entonces, la gilda se ha convertido en un clásico de la gastronomía española, trascendiendo sus orígenes en San Sebastián para conquistar paladares en todo el país. Y es que, a pesar de ello, se trata de una receta absolutamente sencilla, con tres ingredientes clave ensartados en un palillo: aceitunas, anchoas y piparras. Esta combinación ha logrado consolidarse como la elección por excelencia en muchos bares de toda España.
Tres ingredientes, muchas propiedades
A pesar de esa sencillez, la gilda es un aperitivo muy saludable. Aunque se puede innovar y dar rienda suelta a la creatividad, su receta original cuenta con unos ingredientes que pueden aportar interesantes beneficios a nuestro organismo. Así, aproximadamente, en 100 g de productos, las gildas contienen 205 calorías, 18 g de grasas, 3,2 g de hidratos de carbono, 6 g de proteína y 3,5 g de sal.
Aceitunas. Las aceitunas, consideradas un tesoro en la dieta mediterránea, y tan populares y apreciadas en nuestro país, ofrecen una gama de beneficios y propiedades para la salud. Ricas en vitaminas A y E, contribuyen al buen estado de la piel, mucosas, salud visual o la digestión. Además, las aceitunas contienen grasas saludables, como el ácido oleico, beneficioso para la salud cardiovascular al reducir la presión arterial y mejorar el perfil lipídico. También son fuente de minerales esenciales, como el sodio en cantidades adecuadas para mantener el equilibrio de líquidos.
Anchoas. Las anchoas son un pescado azul con un cuerpo pequeño y alargado, con un vientre plateado y dorso azul grisáceo. En España, las anchoas, especialmente las del mar Cantábrico, son ampliamente consumidas por su sabor particular: intenso, tierno y salado. Más allá de su exquisito sabor, son altamente recomendadas desde el punto de vista nutricional, entre otras cosas, por ser una excelente fuente ácidos grasos omega-3.
Pero no solo eso, además de este ácido graso, las anchoas proporcionan proteínas de alto valor biológico, comparable al contenido presente en la carne o los huevos. Con escasos hidratos de carbono, las anchoas también contienen vitaminas liposolubles como A, D y K. Asimismo, son una fuente de minerales como potasio, sodio, magnesio, calcio, hierro y fósforo.
Guindillas. Las piparras son guindillas cultivadas en Euskadi, conocidas como guindillas vascas, piparras o piperrak. Se cosechan en primavera, reconocibles por su forma lisa, alargada, brillo y color verde amarillento, doblando sus rabos hasta que se quiebran. Además de aportar sabor y color, las piparras son ricas en nutrientes. Destacan por niveles elevados de vitamina C, superando a algunos cítricos.
También ofrecen beneficios para la salud al ser una fuente de minerales como calcio, fósforo y magnesio, antioxidantes y carotenos. Su aporte significativo de fibra contribuye a la salud digestiva. Además, son una fuente destacada de vitaminas del grupo B, especialmente B6 y ácido fólico.