En la búsqueda constante de opciones saludables y nutritivas en la dieta, el debate sobre el aceite en el que conservan en latas alimentos como el atún ha cobrado relevancia. Existe una variante llamada "al natural" que está conservada en agua y sal, principalmente, sin embargo, si se quiere un plus, lo mejor es mirar hacia el atún conservado en aceite.
El aceite de oliva y el aceite de girasol, dos elementos esenciales de la dieta mediterránea y global respectivamente, compiten por un lugar en las despensas y cocinas de toda Europa. El aceite de oliva, conocido por su relación con la longevidad y los beneficios cardiovasculares, es un componente esencial de la dieta mediterránea, una de las más saludables del mundo. Por otro lado, el aceite de girasol, rico en vitamina E y ácidos grasos esenciales, ha sido durante mucho tiempo una alternativa popular en la conservación de alimentos principalmente por su precio.
Las latas de atún en aceite de oliva han ganado la aprobación de expertos en salud y nutrición debido a sus numerosos beneficios. El aceite de oliva virgen extra, en particular, es rico en ácidos grasos monoinsaturados y antioxidantes que han demostrado reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, disminuir la inflamación y mejorar la función cerebral. Estos componentes también se asocian con la prevención de enfermedades crónicas y el envejecimiento saludable.
Además, esta joya líquida del Mediterráneo es una fuente rica en vitamina E y vitamina K, dos nutrientes esenciales para la salud de la piel, el sistema inmunológico y la coagulación sanguínea. Su perfil de ácidos grasos saludables promueve la absorción eficiente de vitaminas liposolubles, mejorando así la biodisponibilidad de nutrientes esenciales en el atún y otros ingredientes de la dieta.
Es cierto que hace algunos años, el aceite de oliva fue desaconsejado debido a preocupaciones sobre su impacto en el nivel de colesterol. Por eso es fundamental distinguir entre aceite virgen y refinado, ya que esto influye significativamente en su calidad y efecto sobre la salud. Los aceites vegetales vírgenes son de mayor calidad y tienen un impacto más positivo en la salud en comparación con los aceites vegetales refinados.
Aceite de girasol refinado
Un aceite vegetal virgen es de mucha mayor calidad y su efecto sobre la salud es mucho mayor que en el caso de un aceite vegetal refinado. "El problema es que en el caso de las latas de atún con aceite de girasol, no suele poner nada, lo que significa que ese aceite es refinado, por lo que como aceite es de mucho menor calidad. Si se opta sí o sí por la conserva con aceite de girasol, buscar siempre que ponga virgen", destaca Concepción Martínez, dietista-nutricionista.
En este contexto, el aceite de girasol se ha convertido en una alternativa más económica para muchos hogares, pero los expertos sugieren optar por el aceite de oliva antes del de girasol precisamente por contar con muchos más beneficios para el organismo. No es que el aceite de girasol sea dañino, pero es un aceite mucho más pobre nutricionalmente hablando.
"El aceite de girasol es perfectamente adecuado para una dieta sana, pero lo cierto es que el aceite de oliva es mucho más interesante. Además de ser más rico en ácidos grasos monoinsaturados, como el ácido oleico, el aceite de oliva también cuenta con polifenoles y antioxidantes, elementos muy importantes en determinados marcadores de salud, sobre todo cardiovascular", añade Martínez.
Aunque tampoco hay que denostar del todo al aceite de girasol, ya que contiene uno de los únicos dos ácidos grasos esenciales que el organismo humano no puede sintetizar por sí mismo: el ácido linoleico (Omega 6). Esto lo convierte en una fuente excepcional de ácidos grasos esenciales, y su contenido de ácido oleico tampoco debe pasarse por alto, llegando al 22%.
De hecho, Martínez vuelve a incidir en que el aceite de oliva es rico en grasa monoinsaturada (MUFA) y esencialmente en ácido oleico, sí, pero el de girasol lo es en ácidos grasos poliinsaturados (PUFA). "Lo destacable es que tanto los MUFA como los PUFA tienen efectos protectores para la salud".
El aceite de oliva, reconocido por su composición rica en ácido oleico (más del 70%) y grasas monoinsaturadas (MUFA), ha obtenido la aprobación de la FDA de Estados Unidos debido a sus efectos beneficiosos en la protección contra enfermedades cardiovasculares al reemplazar las grasas saturadas. Por otro lado, los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA), como el ácido alfa-linolénico (omega 3) y el ácido linoleico (omega 6), desempeñan un papel positivo en la presión arterial, el perfil lipídico, la coagulación y la inflamación.
Además, el aceite de oliva destaca por la presencia de polifenoles, entre ellos el tirosol y el hidroxitirosol, que refuerzan su capacidad protectora, especialmente en lo que concierne a la salud cardiovascular, mediante propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. De ahí que sea el atún con aceite de oliva el más aconsejado por los médicos y el de girasol no.