Actualmente el cáncer de próstata es el más prevalente en hombres, siendo a su vez la quinta causa de mortalidad por cáncer en el género masculino, con hasta 1,4 millones de nuevos casos de cáncer al año y aproximadamente 375.000 muertes anuales en todo el mundo. Pero, a pesar de las cifras, se sabe poco sobre su origen y factores de riesgo. ¿Qué papel juega la dieta en todo esto?
Se sabe que la edad, raza, genética, tabaquismo o consumo de alcohol son algunos de sus potenciales factores de riesgo. La dieta, por su parte, juega un papel importante en el desarrollo del cáncer de próstata, aunque aún no se sabe hasta qué punto. Ahora, una nueva revisión sistémica publicada en la revista Frontiers in Nutrition ha querido analizar qué relación real habría entre el cáncer de próstata y un elevento clave en la dieta mediterránea: el pescado como la sardina, el salmón o el lenguado.
En este caso, se realizó un metaanálisis dosis-respuesta con el objetivo de resumir los hallazgos disponibles sobre la posible asociación entre el consumo de pescado y el cáncer de próstata. Se realizó una búsqueda sistémica en las bases de datos online de Pubmed, Scopus y Web of Science, analizando toda la evidencia disponible hasta septiembre de 2022, incluyendo estudios de cohortes prospectivos donde se tenía en cuenta el consumo de pescado y el riesgo de cáncer de próstata total, localizado y avanzado, además de su mortalidad y progresión.
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En total, se incluyeron 25 estudios prospectivos con 1.216.474 hombres en la revisión sistémática, y 22 estudios en el metanálisis, con un periodo de seguimiento de entre 6 y 33 años y un total de 44.722 muertes por cáncer de próstata registradas en los mismos.
Respecto al consumo de pescado, se analizó el consumo de pescado total, pescado blanco, pescado graso, pescado magro, atún enlatado, pescado de carne oscura, camarones, vieiras, mariscos, pescado salado, pescado ahumado, pescado asado y pescado frito.
Relación inversa
Según los resultados del estudio, existía una relación inversa significativa entre el consumo total de pescado y la mortalidad por cáncer de próstata: por cada aumento de 10-20 gramos diarios de pescado, el riesgo de mortalidad disminuiría un 6-12%. Respecto al cáncer de próstata total, avanzado y localizado, así como su progresión, no hubo asociaciones con la ingesta total de pescado.
La relación entre el pescado y el cáncer de próstata se originaría en su cantidad de ácidos grasos omega-3 de cadena larga, los cuales se cree que tienen efectos anticancerígenos. Sin embargo, los estudios realizados hasta el momento no habían sido concluyentes. En el actual metanálisis, aunque no hubo una asociación entre la ingesta total de pescado y el riesgo de cáncer de próstata como tal, si hay relación inversa (protección) entre el consumo de pescado y la mortalidad por este cáncer.
Respecto a los análisis dosis-respuesta, no se encontró evidencia de una asociación no lineal significativa entre pescado y mortalidad por cáncer de próstata. Sin embargo, sí hubo una asociación inversa en las dosis de 25 a 100 gramos diarios, pero no a partir de los 100 gramos diarios. Aún así, el riesgo de mortalidad por cáncer de próstata sí disminuiría a partir de dichos 100 gramos, aunque no de forma significativa dado que pocos estudios disponían de datos sobre cantidades superiores de consumo.
Como dato anecdótico, algunos estudios analizados si informaron de una asociación inversa entre el consumo de pescado y el cáncer de próstata, pero otros no. En este caso, los investigadores sospechan que esta disparidad de datos se debería al consumo del pescado analizado: los pescados de piscifactoria contienen menores niveles de ácidos grasos omega-3 de cadena larga respecto a los pescados de mar, y por dicho motivo las diferentes exposiciones en los estudios podrían explicar la inconsistencia.
Como conclusión, los autores del estudio sugieren que el consumo de pescado total sí reduciría la mortalidad por cáncer de próstata, aunque no parece ayudar a prevenir su aparición y desarrollo. Y, por cada aumento de 20 gramos diarios de pescado, dicho riesgo de mortalidad se reduciría hasta un 12%. Aún así, recomiendan continuar investigando al respecto, sobre todo para discernir si realmente el consumo de pescado puede ayudar en algún aspecto para prevenir tanto la aparición como la progresión de este tipo de cáncer.