Los cereales y sus productos derivados, como el pan, pueden ser unos grandes aliados para una dieta sana. Según estima la OMS, alrededor del 50% de la energía que obtenemos debe proceder de hidratos de carbono de calidad y, en este sentido, estos alimentos se convierten en una buena alternativa para alcanzar las necesidades diarias del macronutriente. Si bien, es vox populi que no todos los panes son iguales y que, siguiendo consejos de los especialistas, es mejor decantarse por uno integral, como el nuevo lanzamiento de Mercadona.
La cadena de supermercados renueva su línea panadera con unas mini tostadas de pan 100% integral, que suele ser preferible al blanco tradicional. La dicotomía entre estos panes surge de su proceso de preparación. Mientras que el primero está elaborado con harinas integrales, que utilizan el grano de cereal entero, el segundo prescinde de parte en su elaboración, lo que provoca que sea un producto más pobre y hasta más perjudicial para la salud.
Consumir harinas confeccionadas con el grano entero, además, añadirá beneficios a nuestro organismo. Un estudio elaborado por la Universidad de California y publicado en The Journal of Nutrition concluyó que son capaces de reducir el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y sobrepeso.
Esto se debe, en parte, a que la harina integral es muy rica en fibra, un componente necesario para una alimentación saludable. Entre sus beneficios, el más sonado suele ser su contribución para normalizar las deposiciones y el tránsito intestinal, ya que aumenta el peso y el tamaño de las heces y las ablanda, lo que disminuye las probabilidades de estreñimiento.
No obstante, como citaba el estudio nutricional, también se han encontrado otras grandes utilidades no tan sonadas. Como constata la Clínica Mayo, reduce los niveles de colesterol y controla el azúcar en sangre. Mientras, según indagaciones del Instituto Americano para la Investigación del Cáncer, puede aminorar el riesgo de cáncer colorrectal.
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Con el producto de Mercadona podemos estar seguros de estos beneficios, pues en España, desde el 1 de julio de 2019, si un producto lleva la etiqueta 100% integral debe haber sido elaborado íntegramente con harina de este tipo.
También ayudará a cumplir con los niveles recomendados de fibra: hombres menores de 50 años, 38 gramos; mayores de 51, 30 gramos. Para mujeres, las cifras pasan a 25 y 21 gramos, respectivamente.
Azúcar y sal, un problema
Sin embargo, no todo es oro lo que reluce en el nuevo pan de Mercadona. Entre sus ingredientes se aprecia el aceite de girasol alto oleico, que a pesar de ser una versión mejorada del tradicional, mantiene algunos de sus perjuicios, como su proporción de ácido esteárico, un ácido graso saturado que es considerado poco recomendable por expertos en nutrición. Aunque no es nocivo, nunca será tan saludable como el aceite de oliva.
Además de este pero, hay que señalar su cantidad de azúcar (9,4 gramos) y de sal (1,5 gramos). Ambas cifras por cada 100 gramos de productos. La primera no es tan grande si se compara con la recomendación de consumo diario de azúcar de la OMS, 25 gramos al día, pero la segunda sí que se acerca bastante a la directriz del organismo, 5 gramos, por lo que convendría no abusar con las cantidades de este pan u optar por alguna versión que mejore estos datos.
Mercadona posee, de hecho, un pan integral también en formato tostado que mejora un poco estas cifras. Se trata de sus tostadas en tamaño grande 100 % integrales de trigo. En su caso, el azúcar baja hasta los 3,3 gramos una diferencia nada desdeñable, a la que hay que sumar la discrepacia de precio entre ambos y que decanta la balanza por este último. Mientras que el primero cuesta 1,20 euros por 180 gramos, el segundo se posiciona en 1,90 euros por 550 gramos.