La lenteja y la quinoa son dos alimentos saludables que se consumen ampliamente en todo el mundo debido a sus beneficios nutricionales. Si bien ambas son fuentes excelentes de proteínas y fibra, hay algunas diferencias entre ellas, diferencias que dejan una clara ganadora nutricionalmente hablando, la lenteja.
La lenteja es una legumbre rica en proteínas, carbohidratos complejos y fibra soluble, además de ser una fuente rica en hierro, potasio, fósforo, zinc y vitaminas B. El alto contenido de fibra de este alimento ayuda a regular el tránsito intestinal, lo que previene enfermedades digestivas. Además, este alimento tiene un bajo índice glucémico, por lo que no aumenta bruscamente los niveles de azúcar en sangre, haciéndolas ideales para personas con diabetes.
"Las lentejas son una fuente de proteínas de origen vegetal, unas propiedades muy buscadas por vegetarianos y veganos. Por lo que no hace falta irnos a semillas como la quinoa, con una legumbre patria como la lenteja obtenemos más fibra y más proteínas. Además, son muy versátiles e incluso se pueden tomar en el desayuno, como hacen los ingleses con las alubias", explica a EL ESPAÑOL Concepción Martínez, dietista-nutricionista.
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Por otro lado, la quinoa es una semilla que se ha popularizado como un sustituto de los granos y cereales. Es una excelente fuente de proteínas y contiene todos los aminoácidos esenciales, lo que la convierte en una proteína completa de origen vegetal. También es rica en fibra, ácidos grasos esenciales, hierro, magnesio, fósforo, potasio y vitaminas B. De forma natural es un alimento libre de gluten, lo que la hace ideal para personas con enfermedad celíaca o intolerancia al gluten.
Por qué son mejores
Una de las razones por las que las lentejas son mejores que la quinoa es por un mayor contenido de proteínas. Estas son una excelente fuente de proteínas vegetales, que son esenciales para la construcción y reparación de tejidos corporales. En concreto, una taza de lentejas cocidas proporciona aproximadamente 18 gramos de proteína, mientras que una taza de quinoa cocida proporciona alrededor de 8 gramos.
De igual modo, las lentejas tienen un mayor contenido de fibra, que es importante para mantener una buena digestión y prevenir enfermedades cardiovasculares y diabetes. En concreto, una taza de lentejas cocidas proporciona aproximadamente 15 gramos de fibra, mientras que una taza de quinoa cocida proporciona alrededor de 5 gramos.
Esta es la razón de que las legumbres patrias tengan un índice glucémico bajo, gracias a su concentración de fibra e ínfimo contenido en grasa. Por eso, estas legumbres son un alimento idóneo para personas diabéticas o con hiperlipemias, así como para dietas de control de peso. Igualmente, también cuentan con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Por si fuera poco, las lentejas son un alimento mucho más económico que la quinoa, lo que las convierte en una opción más accesible para personas con un presupuesto limitado. Además, su cultivo es más sostenible, ya que requieren menos agua y nutrientes para crecer y es menos propenso a causar problemas de erosión del suelo.
Por lo que según los expertos, las lentejas serían incluidas dentro de la denominada alimentación 5S (Saludable, Segura, Sostenible, Social y Satisfactoria). De hecho, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha elegido las legumbres como un recurso valioso para la salud del suelo agrícola y para combatir el cambio climático.
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La razón es que su cultivo ayuda a mejorar la absorción de carbono en el suelo y esto, a su vez, reduce los niveles de dióxido de carbono. También permiten reducir el uso de fertilizantes nitrogenados, ya que participan en la fijación del nitrógeno de la atmósfera. Reduciéndose así la emisión de gases responsables del efecto invernadero.
Por último, las lentejas tienen una mayor versatilidad en la cocina, pudiéndose usar en una amplia variedad de platos, desde sopas y guisos, hasta ensaladas y hamburguesas vegetarianas. Mientras que la quinoa, a la vez que también es combinable con varios platos, puede requerir una preparación especial para eliminar el sabor amargo.