El café es ese líquido de color pardo a negro, del que depende la productividad de millones de personas en el mundo. Al día, se consumen más de 2.000 millones de tazas y aunque su consumo parezca de los más normal, este líquido no siempre ha gozado de buena fama y además, su consumo tampoco es positivo para todo el mundo.
La historia del café ha sido un tira y afloja, una bebida que ha gozado siempre de cierto halo democrático, ya que era bebida tanto por pobre como por ricos, desde Reyes y Papas hasta ganaderos y mercenarios. En múltiples ocasiones se han analizado sus beneficios sobre el organismo. Según un estudio publicado por Nature , la cafeína mejora y reduce los niveles de colesterol sanguíneo. Mientras que otras investigaciones han relacionado el consumo de café con menor riesgo de sufrir cáncer de próstata, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer y enfermedades cardíacas en general.
Es una excelente fuente de compuestos fenólicos y la cafeína, además contribuye a elevar el metabolismo. Su consumo en cantidades apropiadas, que corresponden alrededor de tres tazas diarias, se ha vinculado a una mayor quema de grasas durante el ejercicio, a un mejor rendimiento físico y mental. Sin embargo, esta bebida no siempre está recomendada para todo el mundo, en función a diferentes aspectos y enfermedades que puedan padecer.
Aumento de la ansiedad
"Las personas con trastorno por ansiedad pueden ser mucho más sensibles a la cafeína, por lo que el consumo de la misma puede acentuar los síntomas de esta condición e incluso empeorarlos", explica Carolina Trujillo, psicóloga. De hecho, investigadores de la Universidad de Michigan, EEUU, analizaron como afectaba el consumo de cafeína a personas con ansiedad y sin ella, demostrando que con la misma dosis de café, las personas con esta patología veían empeorados sus síntomas.
Dolores de cabeza y migraña
También puede ser perjudicial para las personas que sufren de migraña. Un efecto que revela un trabajo publicado en 'The American Journal of Medicine', que constata como tres o más tazas de café al día, en el caso de pacientes con migraña episódica, se asocia con el inicio de un dolor de cabeza en ese mismo día o al día siguiente. "Beber una o dos bebidas con cafeína en un día no parece estar relacionado con el desarrollo de un dolor de cabeza por migraña, sin embargo, tres o más sí se asocian con una mayor probabilidad de padecerlo", señala el documento.
Problemas durante el embarazo
El consumo de café también puede afectar negativamente a las mujeres embarazadas, ya que este se asocia con una mayor presencia de sangrado durante la gestación. Un problema que puede complicarse y puede llegar a ser un riesgo para el nonato. En concreto, el análisis llevado a cabo por científicos coreanos, destaca que las grandes bebedoras de café mostraron un riesgo significativamente mayor de sangrado al principio del embarazo, incluso en mujeres de 35 años o menos, y en aquellas con un índice de masa corporal normal cuyo riesgo de complicaciones durante la gestación es muy bajo.
También se ha demostrado que existe una relación entre el consumo de esta bebida estimulante y un bajo peso neonatal. Según muestra un estudio, a partir del consumo de tres cafés al día, existe una asociación estadísticamente significativa entre el número de cafés y la reducción del peso al nacer de los bebés, que de media nacen pesando menos de 2.500 gramos, que es considerado peso bajo. Esto puede ser problemático ya que estos bebés tienen más riesgo de sufrir ciertos problemas de salud como problemas respiratorios, infecciones, hipoglucemia (bajo nivel de azúcar en la sangre), ictericia o dificultades para mantener su temperatura.
Acidez estomacal
El consumo de café también puede afectar al sistema digestivo. Eb particular, esta bebida puede irritar la mucosa gástrica, sobre todo en personas con gastritis para las que se desaconseja su consumo. La cafeína y el resto de ácidos ingeridos en la dieta o generados por el organismo durante el proceso de la digestión, puede provocar la aparición de pequeñas úlceras, agravando enfermedades como el síndrome del colon irritable, según evidencias científicas.
Al respecto, también hay análisis que han encontrado cierta correlación entre el consumo de café y la secreción de ácido clorhídrico, necesario para la digestión de los alimentos. Esto provoca en el organismo un aumento de la acidez dentro del estómago relacionado con el reflujo gastroesofágico.