Los alimentos ultraprocesados, donde la comida rápida es el máximo exponente, se han relacionado con el aumento de riesgo de sufrir múltiples enfermedades: desde cáncer hasta enfermedades cardiovasculares, enfermedades inflamatorias digestivas e, incluso, un mayor riesgo de mortalidad, en general. No obstante, parece que la cosa no queda ahí.
Un nuevo estudio publicado en la revista Clinical Gastroenterology and Hepatology ha encontrado una nueva enfermedad asociada a su consumo: la enfermedad del hígado graso no alcohólico, potencialmente mortal a medio y largo plazo.
Investigaciones previas ya han sugerido una relación entre la comida rápida, la obesidad y la diabetes, pero este sería uno de los primeros estudios que demuestra el impacto claramente negativo de la comida rápida en la salud del hígado.
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Según los hallazgos del estudio, incluso cantidades modestas de comida rápida rica en carbohidratos y grasas puede llegar a dañar el hígado. Si esa comida equivale, al menos, a una quinta parte de las calorías diarias, el órgano puede estar en riesgo.
Como recuerda Ani Kardashian, hepatóloga del hospital Keck Medicine (Los Ángeles, Estados Unidos) e investigadora principal del estudio, los hígados sanos suelen contener una pequeña cantidad de grasa de forma fisiológica, menor al 5%. Un discreto aumento de este porcentaje puede provocar enfermedad del hígado graso.
Un problema común
La enfermedad del hígado graso no alcohólico, conocida como esteatosis hepática, puede avanzar al grado de cirrosis o cicatrización del hígado, aumentando así el riesgo de cáncer o insuficiencia hepática. Sólo en España esta enfermedad afecta a un 25% de la población, llegando al 30% en los Estados Unidos.
En este nuevo trabajo, Kardashian y sus compañeros analizaron datos recientes de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2017-2018 de los Estados Unidos. Se evaluaron datos sobre hígado graso en aproximadamente 4.000 adultos y se compararon con su consumo de comida rápida.
De todos los encuestados, el 52% consumía algún tipo de comida rápida. De estos consumidores, el 29% consumía al menos un 20% o más de sus calorías diarias en base a la comida rápida. Fue este 29% el que experimentó un aumento en los niveles de grasa de su hígado.
Un consumo en aumento
La asociación entre hígado graso y una dieta basada en un 20% de comida rápida se mantuvo estable tanto en la población general como en las personas con obesidad o diabetes, incluso tras ajustar datos como la edad, sexo, raza, origen étnico, consumo de alcohol y actividad física.
Como comenta Kardashian, estos datos serían particularmente alarmantes si se tiene en cuenta que el consumo de comida rápida ha aumentado de forma constante en los últimos 50 años, independientemente del nivel socioeconómico y, sobre todo durante la pandemia de la Covid-19. De hecho, se sospecha que el porcentaje de personas afectas por hígado graso habrá aumentado en comparación a los datos de las encuestas usados en este estudio.