Después de comer una ensalada nos sentimos saludables y ligeros, más que nada, porque consideramos este plato como el representante por excelencia de los buenos hábitos. Por eso, cada vez que queremos mejorar nuestra salud o adelgazar, preparamos una de estas para cenar. Pero, ¿son realmente tan saludables como parecen las ensaladas? Pues como pasa con todo, depende. Si llenamos nuestras ensaladas de ingredientes y entre ellos encontramos algunos poco saludables como los fritos o las carnes procesadas, no.
Las mejores ensaladas que podemos llevarnos a la boca son aquellas que contienen pocos alimentos, pero saludables. Lechuga, tomate, cebolla; aunque se puede ampliar el número de ingredientes y de nutrientes con legumbres o pescados en conserva, que añaden proteínas y, en el segundo caso, grasas saludables. Sin embargo, suelen ser las ensaladas sencillas las que más triunfan porque se pueden añadir a cualquier plato como una guarnición y repetir este proceso todos los días —si podemos resistirnos a la guarnición típica de patatas fritas—.
Probablemente, la ensalada verde sea la más sencilla de todas: no existe una receta como tal, pero lo que está claro es que la lechuga debe ser su base abundante y contener muchos vegetales, como frutas y verduras. En este sentido, introducir una ensalada verde en los menús de nuestro día a día contribuye a que alcancemos las recomendaciones mínimas de consumo de estos alimentos. Por esta razón principal, tomar una ensalada verde todos los días es un hábito saludable, pero ¿qué produce en el cuerpo?
Efectos beneficiosos
La lechuga y los ingredientes vegetales que suelen acompañar a las ensaladas verdes, como los tomates o las cebollas, son alimentos con un número bajo de kilocalorías. Por esta razón, es posible consumir una mayor cantidad de este alimento sin que suponga un alto riesgo de que aumente nuestro peso corporal. La razón de que estos alimentos tengan tan pocas calorías se debe a que su proporción de agua es muy alta. Ahora bien, los ingredientes de las ensaladas verdes son muy ricos en nutrientes.
De hecho, tomar ensalada verde como guarnición permite saciarnos con alimentos saludables y evitar hacer un sobreconsumo de kilocalorías provenientes de otros alimentos insanos. Las ensaladas proporcionan saciedad gracias a un nutriente que está muy presente en ellas: la fibra alimentaria. Normalmente, la fibra se ha asociado a los beneficios que tiene para mejorar el tránsito intestinal. Si bien estos efectos positivos son reales, no son los únicos que produce en el organismo.
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La fibra es un nutriente que sólo está presente en los alimentos vegetales que no se han procesado en exceso y que aporta muchos beneficios. Sirve de alimento para las bacterias saludables del intestino, reduce nuestro hambre y, además, protege frente a las enfermedades cardiovasculares. ¿Cómo? La fibra tiene la capacidad de atrapar en el sistema digestivo buena parte de los azúcares y las grasas que circulan por él. De esta manera, reduce los niveles altos de glucosa y el riesgo de hipercolesterolemia.
Las ensaladas también contribuyen a aumentar los niveles de minerales y vitaminas en el organismo. De hecho, cumplen un papel muy importante en este sentido porque los vegetales que se consumen están crudos: muchas vitaminas son sensibles al calor con el que se cocinan y pueden absorberse peor tras este tratamiento. Por eso, es muy importante consumir frutas y verduras frescas a diario, ya que conservan buena parte de los micronutrientes intactos.
Algunos consejos
En resumen, el consumo diario de ensaladas verdes se considera saludable como una guarnición. Ahora bien, este plato no debe ser la única fuente de frutas y verduras de nuestra dieta diaria, sino un complemento. Tal y como se explica en este artículo de EL ESPAÑOL, podemos hacer que nuestra ensalada sea más saludable prescindiendo de los tipos de lechuga menos nutritivos —como la lechuga iceberg— y optar por otras verduras de hoja verde con una alta densidad de nutrientes —como las espinacas—.
Además, es importante evitar las ensaladas preparadas y envasadas que ya contienen aderezos y un exceso de ingredientes. Este tipo de ensaladas se consideran productos ultraprocesados y, por tanto, pueden asociarse a enfermedades cardiovasculares si se abusa de ellas. Esto se debe a que muchas de estas ensaladas contienen carnes procesadas, exceso de sal o, incluso, salsas que contienen una buena proporción de azúcares, y otros ingredientes propios de los ultraprocesados, como las grasas refinadas.