En todas las cenas de Nochebuena se suele repetir el mismo ritual: alguien pela y devora el cuerpo de un langostino y cuando va a rematar la labor chupando la cabeza del crustáceo suena una advertencia. "¡Cuidado, que eso tiene muchísimo ácido úrico!". Lo que contiene en realidad este marisco tan querido en España son purinas, pero otros de los alimentos típicos de los festines de la Navidad también las contienen sin que lo sospechemos. Son alimentos que, además, solemos comer con más frecuencia en el año.
Los niveles de ácido úrico son uno de los parámetros que nos suelen preocupar cuando recibimos los resultados de un análisis de sangre. Tenerlos altos nos puede acercar a la gota, una enfermedad muy dolorosa que afecta a las articulaciones del cuerpo. Es posible que esta condición te recuerde al pasado —varios reyes la han padecido, como Carlos I y Felipe II—, pero, por desgracia, la gota sigue estando de actualidad y se suele relacionar con los malos hábitos alimenticios.
El ácido úrico se produce en nuestro cuerpo cuando se descomponen las purinas que, o bien se introducen por la dieta, o bien el propio organismo las fabrica. Pues bien, por lo general, cuando se produce el ácido úrico, éste viaja directo a los riñones y se expulsa por la orina. Ahora bien, si nos pasamos con el consumo de purinas, es posible que no eliminemos todo el ácido úrico y buena parte quede circulando por nuestra sangre. Este ácido tiene la capacidad de acumularse en algunas articulaciones formando cristales.
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Cuando esto pasa puedes tener un ataque de gota: en la mayoría de ocasiones se produce de manera repentina, por la noche y en la primera articulación metatarsofalángica —es decir, el dedo gordo del pie—. Los ataques de gota suelen ser muy dolorosos y se produce una hinchazón, un enrojecimiento y mucha sensibilidad en la articulación afectada. Pero, además, los niveles altos de ácido úrico también están relacionados con la formación de cálculos en el riñón e, incluso, con los cólicos nefríticos.
A continuación, tres alimentos de tu mesa de Navidad que disparan el ácido úrico sin que lo sospeches.
El cordero
En muchas casas de España no hay Navidad si no hay cordero sobre la mesa y, por eso, las carnicerías de nuestro país se han llenado durante las últimas semanas con esta carne. Se trata de una carne deliciosa que, sin embargo, es una de las que contiene más grasa del supermercado y, además, aunque podamos pensar lo contrario, es roja. Es decir, que hacemos bien en comerla durante una ocasión especial, como es la Navidad.
Las carnes rojas se consideran, en general, un grupo de alimentos con un alto contenido de purinas. Ahora bien, el cordero ocupa entre estas carnes un lugar especial y se recomienda a las personas que tienen niveles de ácido úrico alto que lo eviten. De todas formas, si nuestro estado de salud es bueno podemos disfrutar de estos alimentos sin culpabilidad durante la Navidad.
El 'foie gras'
Aunque el paté es más popular y apto para todos los bolsillos, es posible que por Navidad quieras tirar la casa por la ventana y servir foie gras. No son lo mismo: el paté suele ser una pasta de carne o hígado de cerdo con las partes menos nobles del animal y muchos ingredientes de relleno y el foie gras una masa de hígado de oca o de dos especies muy concretas de pato. Eso sí, si coinciden ambos en algo es en que no son saludables.
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Si nos fijamos en las purinas, la carne de los órganos de animales es una de las que más contiene y, por lo tanto, el foie gras destaca por estar hecho con hígado. Si bien la receta del foie gras suele ser más selecta, debemos andarnos con ojo con su consumo: no sólo por las purinas que contienen, sino también porque se trata de una carne procesada y, por lo tanto, su consumo excesivo se relaciona con un mayor riesgo de cáncer colorrectal.
El alcohol
Los aperitivos, con cervezas; las comidas y las cenas, con vino; los brindis, con champán; y copas para después. Si bien en España tenemos costumbre de beber alcohol en todas las épocas del año, el aumento en el consumo que se produce en Navidades es llamativo. El alcohol impacta en muchos aspectos de la salud y en los casos más graves aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares e, incluso, de cáncer.
Por si fueran pocos, entre los efectos negativos del alcohol también se incluyen los altos niveles de ácido úrico en la sangre. El consumo habitual de estas bebidas está asociado a un mayor riesgo de padecer gota y, en especial, se han señalado a los licores destilados y a la cerveza. Es especialmente importante beber agua cuando los niveles de ácido úrico son altos para eliminarlo por la orina y el alcohol suele desplazar a esta bebida.