Pocos alimentos naturales acumulan más mitos, leyendas y alegaciones nutricionales que la miel. Aunque se ha usado como remedio tradicional para catarros e infecciones desde hace milenios, la evidencia científica apunta a que podría aliviar síntomas como la irritación de garganta o el escozor, pero no se puede decir que contribuya efectivamente a la curación.
Por otro lado, se ha popularizado como una alternativa presuntamente más saludable al azúcar refinado a la hora de endulzar productos de repostería. La realidad es que los nutrientes que aporta -entre ellos el potasio, zinc y magnesio, así como el ácido fólico- se ven descompensados por el 'chute' de azúcares en la miel, por naturales que sean. una cucharada de 30 gramos equivaldría a seis terrones de azúcar.
Súmese que la miel es un producto bajo frecuente sospecha de adulteración alimentaria. La legislación permite mezclas de distintas mieles en un único producto, las que compramos en el supermercado pueden provenir de lugares diferentes a los que declara el envase, donde se producen con métodos más económicos pero de peor calidad.
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Elegir por lo tanto la miel con el perfil nutricional más interesante, sabiendo que en cualquier caso tendremos que realizar un consumo moderado, será la opción más interesante. Ahora, investigadores de la Universidad Occidental de Escocia (UWS) presentan a una candidata: la miel de cítricos. Esta presentaría la mayor concentración de antioxidantes para combatir los efectos de los radicales libres, involucrados en el envejecimiento celular y las enfermedades relacionadas.
Es un tipo de miel de flores, elaborada a partir de las del naranjo y limonero, que en España recibe el nombre de miel de azahar. Los investigadores la compararon con la miel de trébol (clover honey) y de mejorana, y descubrieron que la elaborada por las abejas a partir de flores de cítricos contenía compuestos que potenciaban el efecto antioxidante de este alimento.
"Las investigaciones científicas nos han demostrado que los radicales libres, el daño al ADN y la aparición de células malignas están vinculados", sostiene el profesor Milan Radosavljevic, vicedirector de Investigación, Innovación y Desarrollo del centro. "Nuestros recursos naturales generan gran abundancia de productos con beneficios para la salud amplios y variados. Debemos destacar las oportunidades económicas y pragmáticas para combatir enfermedades y dolencias".
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Para este nuevo trabajo, publicado en la revista Antioxidants, se tomaron muestras de las distintas mieles, tanto crudas como procesadas para el consumo humano. Tras analizar sus perfiles metabólicos, determinaron que la miel de azahar presenta la mayor actividad antioxidante, algo que atribuyen a ala presencia de compuestos secundarios como el flavonoide hesperetina, el linalool y el ácido cafeico. También se podían encontrar en la miel de mejorana, precisan, pero en menores cantidades.
"A la miel se le atribuyen distintos beneficios para la salud, destacando los efectos antioxidantes, antiinflamatorios, antibacterianos, y estimulantes del sistema inmune", explica por su parte el Dr. Mostafa Rateb, de la Escuela de Computación, Ingeniería y Ciencia Físicas de la UWS. "Sin embargo, medir esta acción antioxidante resulta complicado dada la interacción de varias sustancias como las enzimas, los azúcares y los sustratos vegetales", confiesa.
Por tanto, la concentración total de los compuestos con efecto antioxidante en cada tipo de miel sería una buena medida orientativa de su idoneidad para la salud. "Nuestra investigación identificó los compuestos de forma aislada para llegar a comprender qué variedad de miel genera la mayor actividad antioxidante, proporcionando de este modo la mejor protección contra los radicales libres", concluye Rateb.