Que hay que "comer un poco de todo" puede ser un consejo bienintencionado, pero un tanto simplista. Como consumidores, somos conscientes de que algunos alimentos deben tomarse "lo menos posible". Es el caso de los ultraprocesados ricos en sales, azúcares y aditivos, con grasas saturadas y carbohidratos refinados que resultan perjudiciales. Otros pueden consumirse a placer, como las frutas, verduras y hortalizas frescas. Pero ¿qué pasa con los alimentos 'sanos' que, por circunstancias, no es recomendable tomar en abundancia? Aquí, recomendar tomar "de todo un poco" no estaría fuera de lugar.
El pescado es un ejemplo paradigmático de esta problemática. Aportando proteínas de calidad y ácidos grasos de tipo omega, imprescindibles para una correcta salud cardiovascular y neurológica, los productos del mar podrían ser la base de la dieta. Sin embargo, la contaminación esta inevitablemente presente en la cadena alimentaria. La más importante es la producida por el mercurio y otros metales pesados que están presentes en ríos y mares. Los microplásticos que ingieren especialmente las especies que se alimentan del fondo marino y otros factores, como el ácido úrico que pueden elevar crustáceos y moluscos, también deben tenerse en cuenta.
Cuanto más alto esté el pez en la cadena alimentaria, más cantidad de neurotóxicos acumulará. Esto no hace recomendable a los grandes carnívoros -atún, pez espada, marrajo- para mujeres embarazadas y niños pequeños, y limita su consumo al resto. Idealmente, deberíamos tomar de tres a cuatro raciones cada semana según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) para garantizar unos beneficios que abarcan de la prevención de los accidentes cerebrovasculares a la salud de la vista y la piel. Y para evitar los contaminantes y maximizar los beneficios, ir variando las especies sería una estrategia alimentaria exitosa.
[El nuevo marisco sano y sin grasa de Mercadona: el último éxito rico en omega-3 de Hacendado]
Alternar pescados azules (grasos) con blancos (magros) es otra recomendación que muchos consumidores aplican. Pero esto también se aplica al marisco: crustáceos y moluscos también entran en la 'cuota' semanal de raciones para un consumo saludable. Y en esta apuesta por la variedad de opciones, Mercadona renueva uno de sus productos de pescadería más populares, el 'Buey de Mar Cocido y Congelado'. Del proveedor Errigal Bay - Wild Atlantic Seafood con sede en Donegal, Irlanda, este enorme cangrejo ha sido pescado en el mar del Norte, entre las costas de Escocia y de Irlanda del Norte.
Según explica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el sea ox o buey de mar (Cancer pagurus) tiene el aspecto de un crustáceo decápodo de gran tamaño -la pieza es de medio kilo, aunque solo 20 de cada 100 gramos son comestibles- y caparazón rojizo. Es "de alto contenido en proteínas y moderado en grasas", que se corresponden principalmente con ácidos grasos poliinsaturados, considerados generalmente como 'grasas buenas'. En cuanto al colesterol, con 59 mg por cada 100 g de porción comestible, "no es de los más elevados de los crustáceos".
"Respecto a los minerales, es el zinc el más destacado en contenido, seguido del fósforo, y con aportes más moderados, el magnesio y el sodio. Como fuente de vitaminas, la tiamina es la más significativa, siendo el aporte de un buey de mar de tamaño medio superior a las ingestas recomendadas para esta vitamina en hombres y mujeres de 20 a 39 años con una actividad física moderada. Otras vitaminas del grupo B (niacina, riboflavina y B6) están presentes en cantidades moderadas", concluye su recomendación.
El proyecto BADALI-Web de Nutrición de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche también emite un dictamen favorable sobre el buey de mar. "Este alimento es marisco fresco/cocido, que aporta a nuestra dieta proteínas de alta calidad, vitaminas como la B3, B12 y A y minerales como el fósforo y el hierro (moluscos). Además, también contiene ácidos grasos omega 3, EPA y DHA, aunque en menor cantidad que el pescado. Por esta razón, una de las 3-4 raciones semanales recomendadas de pescado puede hacerse de marisco (125-150g por ración)".
El buey de mar de Mercadona aportará 128 kilocalorías por cada 100 gramos y 5,5 g de grasas -de las cuáles o,7 son saturadas- a cambio de casi 20 gramos de proteínas. Como ya está cocido, la sugerencia es abrir la cáscara y extraer la carne para servirla fileteada o picarla para relleno que serviremos en el propio caparazón. Lo importante será no añadir más sal a la que incorporó la cocción: ya contiene 1,6 gramos por cada 100 de producto, cuando la Organización Mundial de la Salud no recomienda exceder los cinco diarios.