La Asociación Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), durante el pasado 2020, actualizó sus pautas alimentarias para la población española, como explicamos en EL ESPAÑOL. Sin embargo, dichas recomendaciones no podían considerarse una actualización, ya que gran parte de la guía se basaba en recomendaciones de otros países y sin una clara evidencia tras de sí.
Pues bien, el organismo ha pecado de lo mismo este 2022. Acaba de publicar un informe de su Comité Científico con "nuevas" recomendaciones dietéticas "sostenibles", junto a recomendaciones de actividad física, que, de nuevo, tiene puntos algo complicados de encajar.
Por un lado, la AESAN recomienda el consumo de cinco raciones de frutas y verduras, pero posteriormente indica consumir tres raciones de verduras y dos o tres de frutas al día, lo que implicaría consumir hasta seis raciones. Como ya afirmamos en su día, la OMS y todas las guías dietéticas recomiendan las conocidas 5 raciones y, más recientemente, se aconseja priorizar tres raciones de verdura y dos de fruta al día.
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En cuanto a los frutos secos, se aconseja el consumo de hasta una ración de 20-30 g por día, en consonancia al resto de guías dietéticas y evidencia científica disponible. Sin embargo, la AESAN hace un comentario que puede ser confuso: se aconseja tener en cuenta su densidad nutricional (cantidad de nutrientes por caloría), cuando no son pocos los estudios que recomiendan su consumo, precisamente, por su potencial saciante y que, además, el 30% de las calorías de los frutos secos en crudo no llegan a absorberse.
Ciertas contradicciones
Por otro lado, respecto al consumo proteíco, la AESAN aconseja priorizar proteínas de origen vegetal dado su menor impacto ambiental, aconsejando las legumbres como ración proteica diaria, junto a otras proteínas de origen animal de forma alterna.
En este caso, como único punto a destacar, la AESAN olvida indicar que las proteínas de origen vegetal deben combinarse entre sí (legumbres con granos enteros) para conseguir todos los aminoácidos esenciales. Aunque esto no tiene por qué ser un problema si se consumen proteínas de origen animal de forma conjunta durante el día.
Mientras, aconseja el consumo de tres o más raciones de pescado a la semana, pero sólo cuatro huevos semanales. Según la evidencia más reciente, el huevo tiene un bajo impacto ambiental y es uno de los alimentos proteícos más completos y económicos, además de haberse demostrado que no es perjudicial el consumo de hasta un huevo diario o incluso más, según el caso.
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Respecto a la leche, aunque se destaca su aporte nutricional y facilidad de consumo, dado su elevado impacto ambiental, se aconseja reducir su consumo y alternarlo con otros alimentos de origen animal. Aquí, cabe recordar, para desterrar un mito popular, que la leche, incluida la entera, no se relaciona con un mayor riesgo cardiovascular, sino al revés, la nueva evidencia aconseja antes leche entera que desnatada.
Apartados por mejorar
La carne, después de todas las polémicas generadas, también aparece reflejada en su guía. La AESAN recomienda limitar el consumo de carne a tres raciones semanales, priorizando aves y conejo.
Este punto induce a error, dado que todas las guías dietéticas aconsejan limitar el consumo de carne roja a un máximo de 250-500 g semanales, pero en ningún caso se habla de limitar el consumo de carne blanca o magra, como sí parece aconsejar el organismo de seguridad alimentaria.
En definitiva, si bien es cierto que estas recomendaciones mejoran la actualización de 2020 y han sorteado más de una afirmación errónea presente en la anterior, aún quedan puntos que no acaban de tener una explicación o evidencia científica sólida que los apoye. Habrá que esperar a las siguientes actualizaciones.