Cuando se habla de higiene y mantenimiento bucodental, los dientes siempre son los protagonistas, acaparan toda la atención y dejan en un segundo lugar a elementos tan importantes para la nutrición y la alimentación como las encías. Estas son la base de los dientes, los sostienen y fijan al hueso de la mandíbula.
Mantener una encía sana no solo es estético, existen muchas dolencias como la gingivitis, que en un principio nos puede parecer menos grave, ya que solo notamos el sangrado de encías, pero que sin embargo puede derivar a una enfermedad que puede poner en peligro el conjunto entero de dientes, la periodontitis. Esta infección bacteriana afecta al periodonto, que abarca los ligamentos que rodean los dientes y el hueso que los sostiene. En concreto en España, ocho millones de adultos, uno de cada tres, presentan alguna de estas formas de enfermedad periodontal.
Al centrarse toda la atención en los dientes, además de tratamientos profesionales como blanqueamientos, se han puesto de moda peligrosas tendencias como el cepillado con bicarbonato o carbón activado. Unos ‘tratamientos’ caseros que, desde muchos organismos, como la OCU, someten a juicio ya que pueden acarrear consecuencias negativas como el desgaste dental.
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"La comunidad sanitaria debe ser consciente de la relevancia que tiene la periodontitis y las repercusiones que tiene no solo a nivel local, en la boca, sino también a nivel sistémico, es decir, en todo el cuerpo", señalan desde la Asociación Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA). "Una mala salud periodontal dificulta al control de la diabetes o aumenta sus complicaciones, aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares", destacan también.
Existen factores de riesgo para una mala salud de las encías, como el tabaquismo, el abuso de alcohol, la obesidad y la predisposición genética. Sin embargo, la alimentación tiene un papel relevante sobre la prevalencia de estas patologías. De hecho, existen una serie de alimentos que tienen un impacto positivo más directo sobre la salud de las encías.
Masticar es importante
Existen alimentos que, por sus nutrientes, contribuyen a la salud de las encías, sin embargo, la propia textura de estos alimentos también tiene un impacto positivo sobre la salud bucodental. Es decir, es preferible consumir alimentos como la fruta entera y no en zumos, ya que, al masticar, sus fibras hacen un barrido entre los dientes y las encías de manera natural.
Algunos estudios como el realizado en la Facultad de Odontología de la Universidad Aichi Gakuin, en Japón, publicado en Journal of Epidemiology, investigaron a más de 2.700 personas de entre 75 y 80 años y lograron demostrar una relación entre salud dental, estilo de vida y síndrome metabólico (el conjunto de factores que contribuyen a padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2).
En concreto, revelaron que las personas que mastican menos la comida tienen una mayor probabilidad de padecer algún tipo de síndrome metabólico. También descubrieron que las personas que utilizan productos de higiene oral secundarios, como los cepillos interdentales o la seda dental, tiene un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Además, la mala alimentación y la mala salud dental forman un bucle, ya que una dentadura débil o unas encías incapaces de mantener los dientes sin moverse (uno de los síntomas de la periodontitis), disminuye la capacidad de masticar correctamente, agravando aún más el problema primario.
Manzana
El consumo en crudo y entero de las frutas, además de realizar un barrido de la placa bacteriana que pudiera estar formándose sobre la superficie dental, promueve la circulación de la sangre en las encías. "De todas las frutas, la manzana es la que mayor efecto tiene sobre las encías y los dientes", apunta Simón López, dentista en una clínica en Marqués de Vadillo, Madrid.
"Lo mejor es comer la manzana con piel y a mordiscos, evitando recurrir al cuchillo, siempre y cuando no se nos muevan piezas dentales. Este hábito, además de promover la producción de saliva que conforma el bolo alimenticio, ayudando así a tener una buena digestión, también regula la acidez de la boca y modifica el PH, previniendo la halitosis y las caries", destaca el experto.
Alimentos ricos en calcio
El calcio, el fósforo y la caseína contenida en la leche de vaca inhiben el desarrollo de la caries. De hecho, en el caso del calcio, el 99% de este nutriente se reparte entre los huesos y los dientes.
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Para obtener el fósforo, un nutriente que también previene la caries, basta con incluir en la dieta lentejas, guisantes, carne de ave, cereales integrales o huevo, como señala un estudio de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Arándanos
Estos frutos contienen polifenoles, un tipo de antioxidantes que son capaces de evitar el crecimiento de algunas de las bacterias que causan enfermedades en las encías. Una propiedad descubierta por una investigación publicada en la Journal Agricultural and Food Chemistry. En concreto, explica que el extracto de arándano muestra actividad antibacteriana contra la bacteria periodontopatógena Fusobacterium nucleatum, que puede deberse a la capacidad de los polifenoles para atrapar el hierro.
Pimientos, coles y cítricos
Los alimentos con vitamina C, además de fortalecer el sistema inmune, fomentan la producción de colágeno, base en el mantenimiento del tejido conectivo y la elasticidad de los ligamentos y los músculos, siendo a su vez un componente base de las encías, cuyo deterioro puede hacer peligrar la integridad de la dentadura entera.
A lo largo de la vida, la producción de colágeno va mermando de manera natural, por lo que se va haciendo más importante su ingesta a través de la dieta consumiendo no sólo cítricos como la naranja, sino alimentos que llegan a contener más del doble de vitamina C como los pimientos o las coles. "Aunque cabe destacar que tampoco conviene consumir cítricos en exceso, ya que sus ácidos pueden dañar el esmalte dental", advierte López.