Canarias es una tierra de tesoros geográficos, como sus playas increíbles y maravillas naturales como el Teide, y gastronómicas, con una mezcla de recetas de diferentes partes del mundo pero con carácter propio. Dicen que el secreto de los canarios para crecer grandes y fuerte está en el gofio que añaden las madres canarias al desayuno a la leche. Razón no le falta ya que este alimento tiene multitud de nutrientes y beneficios.
Este alimento de origen bereber es un alimento prehispánico. Según la isla, el gofio (como se le conocía en Lanzarote y Gran Canaria) recibía distintos nombres y se elaboraba con distintas mezclas de alimentos como trigo, cebada, lentejas o incluso el tallo de los helechos. Posteriormente, con el paso de los años y tras el viaje de Cristóbal Colón a América al preparado se le añadieron otros ingredientes como el millo y el centeno, procedentes del otro lado del Atlántico.
Esta harina fue fundamental para sobrevivir durante las épocas de hambrunas que se vivieron en el archipiélago, como durante la Guerra Civil española, explica el historiador Borja Sacristán. De hecho, en El libro del gofio de Manuel Mora Morales [Editorial Globo], se narra cómo el gofio era la provisión indispensable de los barcos de emigrantes clandestinos que salían de Canarias hacia América. No solo por sus propiedades nutritivas, sino por su capacidad de conservación siempre y cuando se le refugiara de la humedad.
[Estos son los hidratos de carbono que debes consumir y los que no]
En la actualidad, el gofio es una harina realizada a base de cereales tostados y molidos, normalmente, trigo y millo o maíz, que se usa de multitud de formas. En un principio, se amasaba con agua y sal y se le añadían trozos de frutos secos como almendra, una receta que se puede degustar a día de hoy en los guachinches de Tenerife.
Ahora se puede encontrar en turrones, helados e incluso mousses mezclado con plátano o leche, sirviéndose incluso de entrante o haciendo las funciones de pan acompañando los platos principales.
Granos enteros y tostados
La diferencia de esta harina con nombre propio respecto a las clásicas es que los granos se tuestan antes de molerse, en un proceso en el que se incluía harina de playa (que después se filtraba) para evitar una excesiva torrefacción. Según un estudio de mercado realizado por el ICCA (Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria), el 83% de los hogares canarios afirmó disponer en sus despensas de gofio, una fama que poco a poco parece ir extendiéndose por la península.
Es habitual que al elaborar el gofio el cereal se triture entero, por lo que al contener todas las partes del grano, es rico en fibra. "El gofio favorece el tránsito intestinal, con hidratos de carbono complejos que ayudan a evitar picos de azúcar en sangre. Además, es un alimento saciante, por lo que suelo recomendarlo en las dietas de pérdida de peso", explica la dietista-nutricionista Concepción Martínez.
Bajo en grasa y repleto de minerales
El gofio presenta un elevado valor nutricional, manteniendo así todos los nutrientes propios de los cereales que lo componen. Es el caso del potasio, que en función de la composición del preparado puede oscilar entre los 1.300 y 2.300 miligramos cada kilogramo. También del calcio y magnesio, proveniente sobre todo del trigo. En cuanto a vitaminas, aporta dosis adecuadas de vitamina A, B1, B2, B3, C y D.
También es rico en cobre, zinc y hierro, aunque el aporte de este último se encuentra en la forma menos biodisponible, es lo que le ocurre al hierro procedentes de fuentes vegetales. Se recomienda acompañarlo de alimentos que aporten vitamina C, que favorece su asimilación.
La ingesta de esta alhaja canaria supone un gran aporte proteico, bajo en grasas y rico en hidratos de carbono, según revela un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Gran Canaria. Se convierte así en un alimento perfecto para deportistas, sobre todo en las variedades que incluyen leguminosas molidas. Además, la mayoría de grasas que aporta son grasas ‘saludables’ poliinsaturadas, ricas en omega-3, que contribuye a regular la coagulación sanguínea, mejora el rendimiento intelectual y el aprendizaje, y regula la función cardiaca y la presión arterial.
En concreto, 100 gramos de gofio aportan 365 kilocalorías, de las cuales grasas son 3,78b gramos (siendo saturadas tan solo 0,532 gramos), 76,27 gramos de carbohidratos, nada de azúcar, 9,34 gramos de proteínas y 0,01 gramos de sodio, previniendo la hipertensión y favoreciendo una buena salud cardiovascular.
Al presentarse en polvo, introducir la ingesta de gofio antes de entrenar es bastante fácil ya que casa perfectamente con la leche, pudiéndose así elaborar un batido repleto de proteínas y minerales, que además al contener vitamina D, funciona como plus de cara a la ganancia muscular.