El pediatra y jefe de la Unidad de Nutrición y Metabolopatías del Hospital La Fe de Valencia, Isidro Vitoraia, explica en una entrevista con Europa Press que es relativamente frecuente que un niño sano sea mal comedor. Esto supone un motivo de consulta de gran preocupación para los padres.
Se trata de una situación empieza habitualmente entre los 9 y 12 meses de vida, y el tratamiento más difícil que la prevención, por lo que debe empezar en el segundo semestre de vida, según aconseja. Para ello, el pediatra recomienda una serie de normas de conducta alimentaria:
·El ambiente de la comida de los niños debe ser relajado y sin prisas. Para ello, se debe disponer de tiempo.
·Además, para los niños pequeños, la comida es un juego y una forma de relacionarse con los padres, hermanos u otros niños. Por eso, hay que presentarle los platos de forma atractiva (por ejemplo, combinando) y ofrecerle por ejemplo distintas presentaciones de un mismo alimento.
·En los niños pequeños a veces hay que intentar dar un mismo alimento hasta 10 veces para lograr que lo acepte. Se puede incluir en la misma comida el lenguado (alimento que no le gusta, por ejemplo) junto con puré de patata, suponiendo que es el alimento preferido.
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·Siempre que se pueda, el niño deberá comer con el resto de la familia y hay que ir dejándole que pruebe los alimentos sanos que toman sus padres o hermanos.
·No se le debe premiar con dulces u otros trucos si se acaba la comida. No se le debe obligar a acabarse la comida.
·Y lo que es más importante, deben disfrutar el niño y sus padres.
Este experto destaca que el niño no elige la alimentación, sino que los padres son quienes deciden qué es lo mejor para su crecimiento y desarrollo. En este sentido, incide en la importancia de que la alimentación actual del niño de 6 a 12 meses siga una serie de recomendaciones.
Estas serían los siguientes: evitar que sea una alimentación 'light' copiada de los adultos; dar unas raciones adecuadas no excesivas de alimentos proteicos; evitar un exceso de azúcares; utilizar alimentos de proximidad como las legumbres; evitar la necesidad de usar los mal llamados 'superalimentos'; o recordando que las bebidas vegetales no pueden sustituir a la leche materna o la fórmula infantil.
Los 7 principales errores
El pediatra detalla los que, en su opinión, son los principales errores que cometen los padres en la educación de la alimentación del niño pequeño:
·Distracción: consiste en distraer con vídeos en el móvil, un hermano que baila, un sonajero que se agita, o la imitación de sonidos de animales.
·Persuasión: convencer al niño para que coma justificándolo en que los alimentos le reportarán beneficios, que el niño no entiende, o porque así se cumplirá algún deseo, como que Reyes Magos se alegrarán, que a veces es difícil de comprobar.
·Chantaje: si el niño come se le permitirán determinadas cosas (juguetes, dulces...) o tiempo libre (se le dejará despierto más tiempo...).
·Amenazas: muchos padres han amenazado a sus hijos con promesas que nunca han cumplido ('si no comes, te abandonaré', 'si no comes vendrá el coco'), por lo que suelen tener escasa repercusión.
·Comer a la fuerza: la fuerza física (cerrarle la nariz al niño, abrirle la boca...) de los padres suele acabar contrarrestada con un vómito del niño o una cuchara por el aire.
·Comer a la carta: algunos padres permiten que sus hijos 'malos comedores' elijan entre un menú de posibilidades, lo que a veces desemboca en comer siempre lo mismo.
·Comer entre comidas: ya que el niño es poco comedor se le permite 'picar' entre comidas (leche, bollos...) con lo que se le quitará el apetito. En la mayoría de estos casos parece que el comer deja de ser la satisfacción de un deseo y se convierte en un trabajo forzado.