Si bien es cierto que los estudios más recientes relacionan el déficit de vitamina D con diversas dolencias médicas, cabe siempre recordar que correlación no implica causalidad. Por el momento el déficit de vitamina D solo aparece en las guías médicas en relación a enfermedades óseas.
Dicho esto, un problema que se encuentra en auge actualmente es precisamente el contrario: la sobredosis de vitamina D a cargo de la toma de suplementos, muchos de los cuales se toman sin una previa prescripción médica. Esta sobredosis no solo es posible, sino también dañina, como ha demostrado un caso recientemente publicado en la revista BMJ Case Reports.
Anteriormente esta afección se conocía como "hipervitaminosis D", la cual ha ido aumentando en los últimos años, y se ha relacionado con una amplia gama de problemas de salud potencialmente graves, según mencionan los autores del informe.
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El caso en cuestión trata sobre un hombre de mediana edad que fue remitido al hospital a cargo de su médico de familia tras quejas inespecíficas. Estos incluían náuseas, vómitos recurrentes, dolor abdominal, calambres en las piernas, tinnitus o zumbidos en los oídos, sequedad bucal, aumento de la sed, diarrea y pérdida de más de 12 kg de peso.
En total el hombre llevaba casi 3 meses con estos síntomas. Los había iniciado aproximadamente 1 mes después de iniciar un intenso régimen caracterizado por la toma de suplementos vitamínicos, aconsejados por un terapeuta nutricional.
Anteriormente el hombre había sufrido varios problemas de salud, incluyendo tuberculosis y un schwannoma vestibular (un tipo de tumor de oído interno) que le provocó sordera en el lado izquierdo, acumulación de líquido cerebral o hidrocefalia, meningitis bacteriana y sinusitis crónica.
Según explican los autores del caso, el hombre había estado tomando dosis muy elevadas de más de 20 suplementos de venta libre de forma diaria. 50.000 mg de vitamina D (la dosis diaria recomendada son 600 mg), 100 mg de vitamina K2 (la dosis recomendada son 100-300 μg), vitamina C, vitamina B9 o 1000 mg de ácido fólico (se recomiendan 400 μg diarios).
También tomaba vitamina B2 o riboflavina, vitamina B6, 2.000 mg de omega-3 dos veces al día (la dosis diaria recomendada es de 200-500 mg), además de otros suplementos diversos de vitaminas, minerales, nutrientes y probióticos.
Cuando empezó a sufrir los síntomas, el paciente dejó de tomar todo este cóctel de suplementación, pero sus síntomas no desaparecieron. Su médico de familia le realizó análisis de sangre, detectando niveles muy elevados de calcio y ligeramente elevados de magnesio, además de cantidades de vitamina D hasta 7 veces superiores al nivel requerido habitual. Así mismo, también se detectó que sus riñones no estaban funcionando adecuadamente.
El hombre precisó estar ingresado durante 8 días en el hospital, tiempo durante el cual se le administraron líquidos por vía intravenosa para limpiar su sistema. También fue tratado con bisfosfonatos, una medicación que se usa tanto en casos de osteoporosis avanzada como en los casos de exceso de calcio en sangre.
Tras dos meses del ingreso, los niveles de calcio de este hombre volvieron a la normalidad, pero sus niveles de vitamina D seguían siendo anormalmente elevados, algo que los autores del artículo sospechan que tardará un tiempo significativo en mejorar. La vida media aproximada de la vitamina D son dos meses, por lo que los síntomas pueden llegar a durar varias semanas, y los niveles excesivos en casos de hipovitaminosis D también pueden perdurar más de lo deseado.
Los síntomas de hipervitaminosis D son muchos y variados, y la mayoría son provocados realmente por el exceso de calcio sanguíneo que se desarrolla al consumir demasiada vitamina D: somnolencia, confusión, apatía, psicosis, depresión, estupor, coma, anorexia, dolor abdominal, vómitos o estreñimiento entre otros
También úlceras de estómago, pancreatitis, hipertensión arterial, anormalidades del ritmo cardíaco, anomalías renales e incluso insuficiencia renal grave. Además, algunos casos han desarrollado otros síntomas menos comunes como queratopatía (enfermedad ocular inflamatoria), rigidez articular y pérdida de audición.
Esto solo es un caso, pero la hipervitaminosis D está aumentando dado el consumo indiscriminado de este tipo de suplementos sin prescripción médica en muchas ocasiones: como todo, los excesos pueden ser dañinos, y siempre se debe consultar a un profesional sanitario antes de consumir este tipo de suplementación.
No son sustancias inocuas, y una sobredosis puede llegar a ser muy grave. Recordemos que la suplementación en las cantidades adecuadas, dependiendo de cada persona, es segura. El problema está en tomarlas en cantidades excesivas.