Expertos del Hospital Universitario de Leipzig (Alemania) han observado que, en la práctica clínica diaria, las enfermedades inflamatorias crónicas como la psoriasis se presentan antes y con mayor severidad en personas con sobrepeso. Además, son más difíciles de tratar en pacientes con obesidad.
Los investigadores querían averiguar por qué las enfermedades inflamatorias crónicas y las heridas crónicas que no cicatrizan ocurren con mayor frecuencia en pacientes obesos. En un estudio, publicado recientemente en la revista Theranostics y que recoge Europa Press, los científicos investigaron cómo los ácidos grasos saturados contribuyen al aumento de la inflamación o interrumpen la cicatrización de heridas. Cuando la piel está inflamada o lesionada, se liberan moléculas peligrosas.
"Nuestro enfoque estaba en la molécula peligrosa S100A9 que, junto con muchos ácidos grasos saturados, provoca una activación y diferenciación anormales de los macrófagos. Esto, en última instancia, hace que las reacciones inflamatorias no disminuyan o que las lesiones cutáneas no se reparen adecuadamente", explica la líder del estudio, doctora Anja Saalbach, científica y líder del grupo de trabajo en el Departamento de Dermatología, Venerología y Alergología del Hospital Universitario de Leipzig.
Los macrófagos son células importantes para combatir inicialmente la infección. Posteriormente, ayudan a que la inflamación disminuya y el tejido se repare. En modelos de ratones, los investigadores con sede en Leipzig han demostrado que el bloqueo de la molécula peligrosa S100A9 normaliza la activación mal dirigida de los macrófagos en la obesidad y, por lo tanto, la respuesta inflamatoria y la cicatrización de heridas.
Otra solución implicó alimentar a los animales con una dieta con niveles reducidos de ácidos grasos saturados. Después de solo una semana de dieta, la reacción inflamatoria había vuelto a la normalidad, sin que los animales necesariamente hubieran perdido peso. "Según nuestros datos, parece que cambiar la dieta de un paciente sería suficiente, incluso si no pierde peso como resultado", señala Saalbach.
Los alimentos ricos en ácidos grasos poliinsaturados (PUFAs) como el pescado azul o los frutos secos son alternativas antiinflamatorias, así como las comidas ricas en fitoquímicos de origen vegetal. Estos son el ácido clorogénico (café, alcachofa), los flavonoides como la quercetina, o las procianidinas o taninos de las frutas y las bayas (manzana, uva, granada, etc.). Los encontramos en las bebidas o infusiones (té, yerba mate), o en procesados, cómo el licopeno del tomate. La fibra alimentaria de frutas, verduras y cereales integrales también contribuye al efecto antiinflamatorio.
"En un estudio anterior en el Hospital Universitario de Leipzig, demostramos que los ácidos grasos saturados desempeñan un papel muy importante. En modelos de ratones, solo cuatro semanas de una dieta rica en ácidos grasos saturados, como el ácido palmítico y el ácido esteárico, fueron suficientes para aumentar la aparición de reacciones inflamatorias en la piel", explica el líder del estudio, el doctor Saalbach.
"Los datos de nuestra investigación en modelos animales ha dado lugar a un estudio clínico que se está realizando en el Departamento de Dermatología para investigar si un cambio en la dieta también ayudaría al tratamiento de la psoriasis en humanos", concluye.
Además, la molécula peligrosa S100A9 es ahora una estructura objetivo interesante para los científicos con el fin de normalizar las reacciones inflamatorias mal dirigidas y los trastornos de cicatrización de heridas en la obesidad.