La reina Letizia dejó a todo el mundo boquiabierto con sus firmes y musculosos brazos, su definida espalda y hasta sus gemelos, capaces de aguantar horas de ejercicio y caminatas en tacones. Ahora, en un acto celebrado en Valencia, la monarca llevó un vestido con unas pequeñas aperturas que dejaban entre ver su trabajado abdomen, un ‘six pack’ con oblicuos perfectos. ¿Es su secreto un entrenamiento digno de Míster Olympia? Misterio resuelto: la clave es la actividad física y la alimentación.

Para tener una masa muscular de calidad es fundamental el entrenamiento de fuerza, una alimentación equilibrada y controlada, disciplina y un descanso correcto. Se sabe que la reina es una apasionada del deporte y practica zumba, bici estática, escalada y yoga, además de echarle muchas horas en el gimnasio.

"Se nota que además de un esfuerzo físico, Letizia es muy disciplinada con la comida. Seguro que ingiere mucha fruta y verdura, y ha eliminado de su dieta los azúcares, los fritos y los hidratos de carbono por la noche", explica Concepción Martínez, especialista en nutrición y dietética deportiva.

Se ha publicado en numerosas ocasiones que Letizia sigue el plan alimenticio antiedad del doctor estadounidense Nicholas Perricone, adaptado a alimentos de la dieta Mediterránea. Este programa se caracteriza por la ingesta de diez tipos de alimentos: grasas saludables como las del aguacate y el omega 3 de pescados como el atún.

También incluye frutas ricas en fibra y antioxidantes como la piña, legumbres como las lentejas, pimientos con efecto saciante, probióticos como lácteos fermentados, cereales integrales como la avena, frutos secos y especias como la nuez moscada o el jengibre.

En esta dieta no están permitidos ni el azúcar ni el alcohol, algo que ya ha dado a conocer la propia Letizia. También quedan excluidas las grasas hidrogenadas y las harinas blancas.

Ejercicios

Después de llevar una férrea disciplina alimenticia, el ejercicio va a ser lo que cincele el cuerpo y lo defina. Centrándonos en el abdomen, el mejor entrenamiento será el de las planchas, ya que también involucran otras zonas del cuerpo como los bíceps, los tríceps o los dorsales. "La plancha abdominal consigue activar el core, el conjunto de músculos que estabiliza la pelvis y la columna vertebral que ayuda a los seres humanos a mantener una posición erguida", destaca Martínez.

Este ejercicio además es perfecto para realizar en casa, ya que no necesita de ningún material complementario. La plancha tiene distintas variantes, siendo la clásica la postura en la que colocas los antebrazos en el suelo y los codos en línea con los hombros, con las piernas juntas o separadas, apoyándote en las puntas de los pies.  También se puede realizar con los brazos rectos.

Para comenzar, coloca tu cuerpo formando una línea, evitando que la zona lumbar se arquee. Según la variante de plancha que estés realizando, tus codos o manos han de estar alineados con los hombros, justo debajo de ellos. Para mantener la zona cervical y el cuello alineados y sin forzar, mira al suelo y no trates de levantar la cabeza o mirar al frente.

Realiza el empuje desde los pies, activa el cuádriceps y contrae la musculatura abdominal y los glúteos, mientras empujas fuerte con los brazos contra el suelo.

Elevación de piernas

Para comenzar este ejercicio, debes recostarte bocarriba en el suelo, con la espalda totalmente apoyada y los brazos extendidos. Después, flexiona la cadera para elevar las piernas rectas hasta que estas queden perpendiculares al cuerpo.

Ahora inspira y baja las piernas lentamente mientras contraes el abdomen para controlar el movimiento y sostener las piernas. Continúa el movimiento hasta llegar casi al suelo. Después regresa a la posición inicial y repite.

‘Mountain climbers’ o escaladores

Estos son un ejercicio muy efectivo para trabajar el core o zona media del cuerpo, ya que también se trabaja, además el abdomen, la musculatura de la espalda, los brazos, las piernas y los pectorales. Para comenzar este ejercicio, colócate en la misma posición que durante la plancha, apoyando eso sí las manos, no los antebrazos.

Entonces eleva la rodilla hacia el codo opuesto, alternando las piernas. Este ejercicio es muy versátil y admite distintas variaciones como ir aumentando el ritmo, cambiando la dirección de las piernas o apoyando las manos sobre un banco para añadir complejidad y algo más de esfuerzo.

El plus es que estos ejercicios no llevan mucho tiempo y no requieren de materiales, por lo que sacar un rato para hacerlos en casa es relativamente fácil. No hay excusas para mantenerse en forma.

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