Un nuevo estudio ha descubierto que las fluctuaciones en el peso corporal resultantes de reducir y aumentar drásticamente las calorías, tanto por las llamadas dietas yo-yo como por la inseguridad alimentaria, pueden provocar cambios fisiológicos que aumenten el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas o diabetes más adelante en la vida.
El estudio, realizado en ratas y presentado en la reunión anual de la Sociedad Americana de Fisiología durante el encuentro de Biología Experimental (EB) 2022, celebrado en Filadelfia, ofrece posibles perspectivas sobre los impactos a largo plazo de las dietas de adelgazamiento, así como de las reducciones involuntarias de la ingesta de alimentos causadas por la inseguridad alimentaria.
La mayoría de los estudios anteriores en humanos y animales se han centrado en los impactos a corto plazo de la pérdida de peso, pero los investigadores afirman que se sabe menos sobre cómo los ciclos de pérdida y ganancia de peso pueden afectar a la salud a largo plazo.
Para el estudio, los investigadores dividieron a 16 ratas en dos grupos. Un grupo recibió una cantidad normal de alimentos durante todo el estudio, mientras que el otro grupo experimentó tres ciclos de una dieta restringida (60% de su ingesta diaria normal de alimentos) seguidos de tres semanas de una dieta normal.
Al final del estudio, los investigadores utilizaron ultrasonidos para evaluar el funcionamiento cardíaco y renal de las ratas y análisis de sangre para evaluar la sensibilidad a la insulina, una medida de cómo el cuerpo procesa el azúcar.
"Descubrimos que los animales que pasaban por varios ciclos de pérdida de peso y recuperación del peso corporal tenían una función cardíaca y renal reducida al final. También tenían más resistencia a la insulina, lo que puede ser una causa de diabetes", explica la doctora Aline M. A. de Souza, becaria postdoctoral de la Universidad de Georgetown y primera autora del estudio. Aunque los animales parecen estar sanos tras la 'recuperación' de la dieta, su corazón y su metabolismo no lo están".
Los resultados también plantean preguntas sobre la salud pública a la luz de la pandemia ocasionada por la Covid-19, como si las personas que tuvieron problemas para acceder a los alimentos, como resultado de los cierres ocasionados por la pandemia y los impactos económicos, se enfrentan a una mayor incidencia de problemas cardiovasculares en los próximos años.
Un campo por explorar
"Nuestros datos apoyan la necesidad de realizar investigaciones adicionales en personas para averiguar si los individuos que realizan ciclos de dietas muy restrictivas para perder peso tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas cardíacos más adelante", apunta De Souza.
"Todavía tenemos que hacer más estudios en este campo", advierte, "pero los resultados sugieren que, cuanto más restrictiva es la dieta, peores pueden ser los resultados para la salud. Las dietas de adelgazamiento deben tener muy en cuenta la salud a largo plazo, especialmente si se contempla como opción la pérdida rápida de peso".
Aunque se necesita más investigación para determinar los mecanismos biológicos que subyacen a los hallazgos y determinar si los patrones observados en las ratas se trasladan a las personas, los investigadores especulan que los cambios en la expresión genética en respuesta a la restricción calórica podrían alterar las vías biológicas que regulan la presión arterial y el metabolismo de la insulina.