Un índice de masa corporal (IMC) elevado -es decir, sufrir sobrepeso u obesidad- se ha asociado desde hace décadas con una menor esperanza de vida y una serie de enfermedades cardiometabólicas. Sin embargo, no es lo mismo cantidad que calidad de vida, y los resultados de los estudios sobre la relación entre sobrepeso y esperanza de vida aún son controvertidos.
Ahora, un nuevo trabajo publicado en la revista JAMA ha buscado el vínculo entre el exceso de grasa corporal en la mediana edad y la calidad y cantidad de vida a largo plazo. Es decir, si sufrir sobrepeso a los 40 años tendría consecuencias en la etapa de la jubilación.
En 2014, se descubrió que la esperanza de vida en los Estados Unidos había disminuído por primera vez en dos décadas. Se sugirió que dicha reducción en la esperanza de vida tenía relación con el aumento de la prevalencia de la obesidad -un IMC superior a 30-, puesto que este trastorno se asocia con diferentes factores de mortalidad, como las enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
Además, se sabe que la obesidad no solo reduce la cantidad de vida, sino su calidad. Esto, a su vez, conlleva un significativo coste económico a nivel de atención médica, superando los 140 mil millones de dólares solo en EEUU.
Sin embargo, el sobrepeso —IMC entre 25 y 29.9 es algo más controvertido. No está claro que se asocie con mayor mortalidad, e incluso una revisión sistémica ha sugerido que el sobrepeso se asociaría con una mayor longevidad que un peso normal. Sin embargo, también se asocia a más enfermedades de riesgo con sus correspondientes gastos médicos, y peor calidad de vida.
Así pues, dados los resultados controvertidos en el caso del sobrepeso en especial, los investigadores del reciente estudio analizaron datos de 29.621 adultos disponibles en el 'Chicago Heart Association Detection Project in Industry (CHA)', realizado entre 1985 y 2015.
Gracias a las tres décadas de estudio se pudieron realizar comparativas entre el estado de sobrepeso y obesidad de clase I o II con los casos con un IMC normal a la edad de 40 años, y cómo se encontraban a los 65 o más. El 46% de los participantes tenía un IMC normal, mientras que el 39.6% sufría sobrepeso y el 11.9% sufría obesidad de clase I y II al inicio del estudio.
Las conclusiones fueron las siguientes:
- Las personas con sobrepeso y obesidad de clase I y II sufrían una mayor carga de morbilidad acumulada respecto a los que poseían un IMC normal. Es decir, sufrían una mayor tendencia a sufrir enfermedades y tener una peor calidad de vida.
- La edad media de mortalidad era similar en el grupo de normopeso y sobrepeso, rondando los 82 años en ambos casos.
- La esperanza de vida sí era menor en los casos que sufrían obesidad clase I y II, con una edad media de muerte alrededor de los 80 años.
- Los costes económicos acumulados por persona eran significativamente mayores en el grupo de sobrepeso y obesidad de clase I y II respecto a los que poseían un normopeso.
Así pues, como conclusión los autores confirman que el sobrepeso en la mediana edad se asociaría tanto con una mayor carga de morbilidad (peor calidad de vida) como un mayor coste económico médico en general, respecto a las personas con un normopeso. Así mismo, las personas con obesidad clase I o II no solo sufrirían una peor calidad de vida, sino también una menor esperanza de vida media.