La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha emitido una alerta por la presencia de frutos secos no incluidos en el etiquetado de un producto vendido en nuestro país. Como precaución, desde las autoridades piden a las personas alérgicas a los anacardos y los cacahuetes que no lo consuman.
A través de la Red de Alerta Alimentaria Europea (RASFF), la AESAN tuvo conocimiento de una notificación de alerta trasladada por las autoridades sanitarias de Países Bajos. La advertencia aludía a la presencia de cacahuetes y anacardos no incluidos en el etiquetado en mezcla de frutos secos sin sal de la marca Jumbo.
Durante un control interno de la empresa se detectó la presencia de estos frutos secos en el producto afectado. Una mezcla de frutos secos que ya había sido distribuida en los supermercados de varios países, entre los que se encuentra España y, en concreto, en la comunidad autónoma de Valencia.
El producto de la marca Jumbo, según detalla el organismo, se llama Noten Mix Luxe y se vende en una bolsa de plástico de 200 gramos. El número de lote afectado por la alerta que ha distribuido la AESAN es el 74921.
Como es habitual con este tipo de advertencias, esta información ya ha sido trasladada a las autoridades competentes de las comunidades autónomas a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI) con el objeto de que se verifique la retirada de los productos afectados de los canales de comercialización.
El consumo de este producto no comporta ningún riesgo para la población general. No así para aquellas personas alérgicas a los cacahuetes o anacardos. Por este motivo, desde las autoridades, piden a estas personas que pudieran tener el producto anteriormente mencionado en sus hogares que se abstengan de consumirlo.
No es la primera vez que la AESAN alerta sobre errores en el etiquetado de los productos que se venden en el supermercado y, probablemente, tampoco sea la última. Su labor es la de gestionar los riesgos alimentarios para la salud de los consumidores a través de un sistema coordinado de alertas alimentarias.
Estas redes permiten mantener una constante vigilancia de cualquier riesgo o incidencia que, relacionado con los alimentos, pueda afectar a la salud de los consumidores. El objetivo fundamental de este sistema es garantizar que los productos que se encuentran a disposición de los consumidores son seguros y no presentan riesgos para su salud.