Mantener una dieta saludable durante los siete días de la semana no es tarea fácil. Sobre todo porque cocinar y hacer la compra consume un tiempo que no siempre tenemos a disposición. Para evitar la ganancia de peso corporal y sentirse bien, muchas personas en España cenan varias veces a la semana una ensalada, que consideran el epítome de las recetas saludables. Sin embargo, no todas lo son.
De hecho, algunas ensaladas pueden llegar a engordar más que una hamburguesa con queso. Todo depende de lo que le pongamos: verduras, frutas frescas y alguna proteína está bien, añadir fritos como tiras de bacon o picatostes, no tanto. Normalmente, si queremos una cena saludable solemos hacer una ensalada sencilla con lechuga, tomate, cebolla y algo de proteína y, dentro de ellas, la favorita es el atún de lata.
Preparar un huevo duro o una pechuga de pollo troceada implica más tiempo y sacar varios utensilios de cocina. Por eso, el atún es el mejor amigo de los ensaladeros asiduos. Eso sí, no debemos abusar de este pescado en lata porque el atún, que es uno de los pescados de mayor tamaño que consumimos, puede acumular mayor cantidad de mercurio que otros, aunque sus niveles están controlados por las autoridades sanitarias.
Más allá del atún
Tal y como se explica en este artículo de EL ESPAÑOL, los expertos en nutrición recomiendan que no tomemos más de dos de estas latas por semana. Una especie de pescado que, sin embargo, es saludable y se puede tomar más a menudo es la sardina. Al ser un pez pequeño acumula menos mercurio y también se puede encontrar en lata, siendo muy sencillo abrir el envase y colocar este alimento en una ensalada.
De todas formas, en los supermercados se pueden encontrar algunas otras opciones menos conocidas, más variadas y, sobre todo, saludables. Es el caso de la pechuga de pollo entera al natural que se vende en latas en los supermercados Mercadona. Se trata de un producto que ha aparecido recientemente en algunos establecimientos de la conocida compañía de supermercados.
Aunque se trata, obviamente, de un producto industrial, puede considerarse como un alimento saludable. Es lo que se conoce como un buen procesado, es decir, que se trata de un producto con pocos ingredientes y que no empeoran sus cualidades nutricionales. En este caso, el pollo en lata de Mercadona solo contiene pechuga de pollo, agua y sal. Es decir, el producto principal y el medio acuático y salado en el que se ha cocido.
Mucha proteína
Este pollo se comercializa en envases de 160 gramos que se componen de dos latas de 80 gramos cada una y tiene un precio de 1,62 euros. Es decir, una solución muy económica para completar las ensaladas que tomamos como cena o comida. En realidad, el contenido de alimento es algo menor: cada una de estas latas tienen un peso escurrido de 52 gramos. Es decir, que el pack entero pesa 104 gramos cuando se elimina el líquido.
Según el etiquetado que llevan estos envases, 100 gramos de este pollo aportan 133 kilocalorías y, por tanto, una lata de este producto contiene sólo 69 kilocalorías. Se trata, por tanto, de una opción muy baja en calorías y cuyo aporte nutricional más interesante son las proteínas. En concreto, las proteínas ocupan el 30% de la composición de este alimento y otras como las grasas tan sólo el 1,5% del total.
Se considera, por tanto, una carne magra y es, por tanto, mucho más saludable que las carnes rojas porque no fomenta la acumulación de colesterol malo o lipoproteína de baja densidad (LDL, por sus siglas inglés) en la misma medida. Según explica la Fundación Española de Nutrición (FEN), la mayoría de las grasas del pollo se encuentran bajo la piel y, por tanto, si se retira, el aporte de este nutriente es menor.