La miel se usa desde hace miles de años en todo el mundo como parte de una alimentación completa y también como una sustancia medicinal. Se trata de un fluido dulce y viscoso que producen las abejas del género Apis a partir del néctar que recogen de las flores o de las secreciones de partes vivas de plantas. Los insectos recogen estas sustancias y las transforman aplicando sus propios fluidos y almacenándola en los panales para su maduración. Después la emplean para alimentar a sus larvas y subsistir en invierno. De origen, por lo tanto, vegetal, este superalimento puede dividirse en dos grandes tipos: la miel de flores y la miel de rocío.
Mientras que la primera se obtiene a partir del néctar de flores y plantas como el brezo, el romero o el tilo, entre otros, la de rocío procede del abeto y otros árboles. En las pinturas ruprestres ya se atestigua la recolección de la miel y hay evidencias de que en la Edad de Bronce el hombre producía colmenas artificiales. Fue el griego Hipócrates, padre de la medicina, el que dejó constancia de su uso para tener una mayor longevidad. Sin embargo, la ciencia ha venido despojando a la miel de muchas de las cualidades casi mágicas que arrastró históricamente.
Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), la composición nutritiva de la miel varía notablemente según la flora, la zona y el clima. Destacan su aporte de zinc y su elevado contenido en fructosa, además de su mezcla de hidratos de carbono, diversas enzimas, aminoácidos, ácidos orgánicos, minerales, sustancias aromáticas, pigmentos y ceras. Entre las propiedades que se le han venido atribuyendo destaca su poder bactericida, antimicrobiano y antiséptico, ayudando a curar heridas e infecciones.
Tiene cualidades antioxidantes al contener compuestos fenólicos y también aporta energía por su contenido en azúcares simples de asimilación rápida. Otro de sus históricos usos tiene que ver con los resfriados, la tos y el dolor de garganta, en los que lograría un alivio sintomático. Algunos estudios hablan de la gran mentira de la miel; por ejemplo, el de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que defiende en este informe que no existe evidencia científica suficiente. Por el contrario, esta revisión de 14 estudios publicada por la Universidad de Oxford concluye que es mejor que los antibióticos para el tratamiento del resfriado y sus síntomas.
Valor nutricional de la miel
El valor nutricional por 100 g de miel, según la FEN, es el siguiente:
Calorías: 314 kcal
Proteínas: 0,5 g
Grasas totales: 0 g
Colesterol: 0 g
Hidratos de carbono: 78 g
Calcio: 5 mg
Magnesio: 2 mg
Sodio: 11 mg
Potasio: 51 mg
Fósforo: 17 mg
Tipos de miel
Existen distintas variedades de miel. Por ejemplo, según el insecto se divide en miel de abeja, miel de avispa y miel de hormiga melífera. La más común es la que elaboran las abejas. Además, según su origen vegetal se distinguen:
-Miel de flores. Producida por las abejas a partir del néctar de las flores. La hay monofloral (predominio de una especie), multifloral (varias especies) y miel de la sierra o de la montaña, y del desierto (tipos especiales de mil flores).
-Miel de rocío o miel de mielada o mielato. Producida por abejas a partir de secreciones dulces de insectos chupadores de savia, normalmente de pinos, abetos, encinas o alcornoques.
¿Es mejor la miel que el azúcar?
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la miel presenta algunas ventajas frente al azúcar refinado, como la de tener un mayor poder endulzante que permite usar menos cantidad y, por lo tanto, menos calorías. Sin embargo, se trata básciamente del mismo tipo de azúcar aunque esta sea obtenida de forma natural, por lo que hay que mantener su consumo dentro de los límites que recomienda la OMS, que no deben suponer más del 10% de la ingesta calórica total.
Con todo, un descubrimiento reciente publicado en Scientific Reports presenta a la miel más saludable del mundo. Científicos australianos han hecho el estudio investigando con población indígena del país que consume una sustancia elaborada por un tipo de abejas sin aguijón. Eso sí, no se trata de un alimento especialmente barato puesto que su precio ronda los 123 euros.
Cómo tomar miel
La OCU ha hecho una clasificación con las tres mejores mieles que puedes comprar en el supermercado, algo que facilita la tarea de elegir la más saludable. Una vez elegida, podemos emplearla tanto en solitario como combinada en platos dulces y salados. Desde Cocinillas nos proponen usarla en esta salsa de mostaza, este solomillo de cerdo, este snack de pipas o esta receta fácil de tortitas para el desayuno.
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