Se calcula que casi 2 de cada 100 personas en España sufrirá un infarto cerebral o ictus este año. En total, 650.00 europeos al año, de los cuales 40.000 son españoles, fallecen por dicha causa. Por su parte, se calcula que alrededor de 50 millones de personas en todo el mundo sufren algún tipo de demencia, afectando a casi 1 de cada 10 españoles mayores de 70 años.
Si bien es cierto que el tratamiento médico ha mejorado durante los últimos años, la prevención es básica frente a ambos tipos de enfermedades cerebrales. Los fármacos solo pueden intentar retrasar las consecuencias de las enfermedades o paliar sus síntomas, pero no son curativos.
Ahora, un nuevo estudio publicado recientemente en la revista PLOS Medicine sugeriría una forma de mejorar la dieta con el objetivo de reducir el riesgo tanto de accidente cerebrovascular como de demencia: té y café.
El estudio, llevado a cabo por Yuan Zhang y sus colegas de la Universidad Médica de Tianjin (China), buscó una posible relación entre el consumo de té y/o café y la reducción de riesgo de enfermedad cerebral, concretamente en cuanto a accidente cerebrovascular y demencia se refiere.
Como recuerdan los autores, los accidentes cerebrovasculares o ictus suponen el 10% de las muertes de todo el mundo en la actualidad, mientras que la demencia es un término general que aúna enfermedades con síntomas relacionado con el deterioro de la función cerebral.
Ambos casos son problemas de salud a escala mundial que asocian grandes cargas económicas y sociales. Así mismo, también existen casos de demencia post-ictus, es decir, sintomatología de deterioro de la función cerebral tras un accidente cerebrovascular.
En el caso del estudio, Zhang y sus colegas obtuvieron datos de los 365.682 voluntarios del Biobanco de Reino Unido, los cuales fueron reclutados entre 2006 y 2010, y fueron seguido hasta 2020. Al inicio del estudio, los participantes informaron sobre su ingesta de café, té o ambos. Durante el periodo de seguimiento, 5.079 participantes desarrollaron demencia, y hasta 10.053 de ellos desarrollaron al menos un episodio de ictus.
Según los datos del estudio, aquellas personas que bebían entre 3 y 4 tazas de café; entre 3 y 5 tazas de té diarias; o bien una combinación de 4 a 6 tazas de café y té, eran las que menor riesgo tenían de sufrir un ictus o demencia.
En total, hasta un 32% menos de riesgo de accidente cerebrovascular y hasta un 28% menos de riesgo de demencia, en comparación a aquellos participantes que no bebían café ni té. Además, la toma de café solo o bien en combinación con el té también se asociaba con un menor riesgo de demencia tras un ictus.
Como limitaciones del estudio, los autores son conscientes de posibles sesgos: por un lado, los participantes que ceden sus datos al Biobanco de Reino Unido son relativamente sanos en comparación con la población general, algo que podría reducir la capacidad para generalizar estas asociaciones en otro tipo de población.
Por otro lado, en el caso del estudio en cuestión, hubo relativamente pocos participantes que desarrollasen demencia o accidente cerebrovascular en comparación a la prevalencia general tanto en Reino Unido como en el resto del mundo, algo que también podría dificultar la extrapolación de los datos.
Finalmente, aunque es posible que tanto el café como el té posean una función protectora frente al ictus, demencia y también en casos de demencia tras un ictus, el estudio era observacional y no un ensayo clínico, por lo que no es posible confirmar causalidad entre estos factores.
Aún así, como conclusión final, los autores sí aconsejan un consumo moderado de café y té, por separado o en combinación, a la luz de los resultados del presente estudio.